Ya sé que qué les importa les vale, pero el caso es que estoy estudiando un doctorado y en este momento de mi vida -además de la crisis de los 40- estoy en una crisis nerviosa de entrega de avances de tesis. Pero ese no es el punto. El punto es que el pasado viernes durante una de muchas entrevistas que tengo programadas con diversos académicos, científicos investigadores, ingenieros, etcétera, surgió el nombre de Dino Pardo y su nuevo proyecto.
¿Sí lo conoces, no? Pues, sí. Sé quien es. "Lo entrevisté una vez", dije. Y recordé claramente las instalaciones de CIDIA, en Villa Satélite. Después me quedé pensando que significó un poco más que una entrevista más de las mil que hice en los casi 10 años que me dediqué a eso. Digo que fue un poco más porque me picó las costillas y dejó en mi clavada la espina de la inquietud cuando me dijo la cantidad de patentes que tenía la Unison.
¿Sabes cuántas tiene?, me dijo. No sabía. "Una", me miró muy serio. "Es un problema". Desde luego que sí, y mis dedos volaban anotando en una libreta de esas de taquigrafía. Una patente. Una y solo una. Wow, pensé. Estamos hablando del primer año en que vino Richard Stallman a Hermosillo, traído por obra y gracia de @demrit, por cierto.
Digo, yo sé que pueden discutir todo lo que quieran la validez del sistema de patentes y bla bla bla, pero lo cierto es que la generación de patentes es un síntoma inequívoco de un ecosistema de innovación funcional (sin contar las de software, pero ese es otro tema). Entonces, ¿qué hay de todas las ferias de creatividad y etcétera?
No recuerdo qué me contestó, pero si me baso en el informe de la OCDE sobre Sonora que estoy leyendo, la respuesta son tonterías. No exactamente tonterías, pues, pero ustedes entienden. Mucho ruido y pocas nueces. Mucho producto regional y poca creatividad real. Y está bien, de todo tiene que haber, pero seguimos con el dato de sólo una patente (que no sé si ya cambió).
El caso es que "me traumé" y a la fecha me sigue preocupando el tema, que por ahora dejaré para concentrarme en el nuevo proyecto de Pardo, a quien precisamente me recomendaron entrevistar de nuevo. Se trata de SOFIA XT, una plataforma de software didáctico para aprender matemáticas, y por supuesto, no lo he revisado, apenas si sé de su existencia.
Pero si conocí lo suficiente la personalidad de su creador con apenas una hora de platicar con él (que presuntuosa, ya sé), estoy casi segura que fue su preocupación por el desarrollo del pensamiento lógico y matemático de las nuevas generaciones lo que lo llevó a crear este proyecto.
Atender una de las fallas de origen. Que buena idea. Pago por ver. No es como que no haya cientos de ejemplos de software educativo con este fin, pero este lo tengo que ver.
¡Estoy entusiasmada por asistir a su plática en TEDx! Lo que es yo, jamás perderé las esperanzas, aunque se tenga que comenzar de cero. ¡Hola! ¿Necesitan evangelizadores? ¡Count me in! XD Por cierto, ¿planean asistir a este evento?
@talya xx
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