Por Talya Aluveaux
Esta semana ha tenido lugar en Glasgow la cumbre sobre cambio climático de las Naciones Unidas (COP26) y hoy fue el día dedicado a la energía. Es jueves y nuestra ambientalista favorita -Greta Thunberg- tiene algo que decir que se resume en una palabra: "greenwash". Traducirlo al español sería algo así como "baño verde", o "retoque de verde", una expresión utilizada cuando se expresan y/o adoptan medidas para dar la impresión de que se está trabajando seriamente en los asuntos relacionados con el cambio climático o los asuntos ecológicos, pero en realidad solo se trata de cambios cosméticos y superficiales, sin un verdadero impacto y/o compromiso con el medio ambiente.
Hay algunas noticias positivas. Sin embargo, cuando se trata de cambio climático todo urge para ayer y cualquier avance ya está retrasado cuando necesitamos llegar a la meta de emisión cero cuanto antes, y esto se antoja cada vez más complicado. Las noticias oficiales reportan que el carbón está cerca de pasar a la historia, con 23 países comprometiéndose a dejarlo atrás, incluyendo cinco de los top 20 en términos de generación de coal power. Por otra parte, la generación de nueva infraestructura para la extracción de carbón ha caído globalmente un 76% del Acuerdo de Paris en 2015. ¿Significa esto que no se sigue extrayendo y consumiendo? Definitivamente no, pero se trata de uno de los principales agentes responsables del cambio climático, y debe desaparecer en tanto nos dirigimos hacia formas de energías limpias. Los países desarrollados deberán eliminarlo para el 2030, y el resto para el 2040.
Pero como decía mi abuela, prometer no empobrece. ¿Acaso se respetarán estos compromisos, y aunque se respete, es suficiente?
Otro histórico: Veinticinco países e instituciones financieras públicas se comprometieron a eliminar el financiamiento para proyectos trasnacionales energéticos de combustibles fósiles para 2022, y un giro hacia las energías limpias. Esto permitirá desbloquear 17.8 mil millones de dólares anuales para la transición hacia las energías limpias y mantener los 1.5 grados centígrados con vida.
Una transición global a emisiones cero tendría todo tipo de repercusiones, entre ellas la creación de 14 millones de nuevos empleos en el campo de las energías limpias, pero también elevados costos de adaptación, especialmente en el caso de las naciones en desarrollo.
El discurso de Sir. David Attenborough dirigido a los líderes mundiales durante #COP26 fue contundente. Ya estamos en problemas. Lamentablemente los que menos los han causado son los que más los sufrirán. ¿Puede una generación revertir el cambio climático? La apuesta es que sí. Necesitamos recurrir a la eco innovación para absorber parte del carbón en nuestra atmósfera, y transitar de una vez por todas hacia el uso de energías limpias, baratas y accesibles.
Nuestro país, México, está en el deshonroso décimo lugar dentro de la lista de naciones con mayor deforestación (y estamos hablando de cifras de este año). Indonesia está en el cuarto lugar, y este país se negó a aceptar los términos propuestos en COP26, calificándolos de inapropiados e injustos (el país ha perdido el 10% de su bosque, un área similar al tamaño de Portugal).
"El mundo está mirando y por eso están aquí", dijo Attenborough, a un grupo de líderes globales que varias fotos mostraban adormilados. Los ambientalistas, incluyendo Greenpeace, critican la aproximación del carbon offsetting, de nuevo, calificándola de greenwashing y exigiendo el recorte urgente de emisiones y acción climática real. Mientras tanto, la gráfica de partes por millón (ppm) de CO2 en la atmósfera sigue su carrera ascendente.
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@talya