El New York Times dice que la tecnología no va a salvarnos. Tiene razón, las cosas son un desastre. El problema es multidimensional. Sin embargo, sin la ciencia y la tecnología estamos fritos. Ayer escribía aquí sobre el plan C implementado en Chicago gracias a la cultura MAKER. Eventualmente tocaré este tema (si sigo escribiendo), pero el punto principal es cómo todas esas impresoras 3D dispersas comenzaron a utilizarse de manera organizada y hasta cierto punto descentralizada para producir PPE (Personal Protective Equipment) y canalizarlo hacia las personas que más lo necesitan (personal de salud).
Esta reacción y capacidad de respuesta evocó en mi, no estoy bromeando y es uno de mi temas favoritos, las bandadas de pájaros que exhiben un comportamiento organizado al volar, aparentemente sin ningún líder u operador central, siguiendo reglas simples (no colisionar, mantenerse cerca, alinearse), creando un comportamiento auto organizado emergente para, en este caso y según las hipótesis que conozco, ahuyentar a los depredadores y mejorar la dinámica de movimiento. ¿Qué es, si no, lo que hicieron todas estas personas en Chicago, sino crear un comportamiento emergente con el fin de protegerse de una u otra manera de un depredador?
Armados con impresoras 3D, cortadoras láser, acetato, materiales para imprimir y uno o varios diseños de referencia open source (de uso libre) hicieron y continúan haciendo #faceshields. La convergencia de las culturas maker/open source y la disponibilidad -que aún me parece una maravilla- de manufactura aditiva de cada vez menor costo producen decenas de miles de estos equipos cuando más se necesitan.
Ahora bien, la producción de #faceshields se trata de un proceso de manufactura relativamente sencillo. Ahora entramos en terrenos más complicados y costosos, en los que se requiere una aún mayor convergencia de voluntades, equipo, organización, recursos y cultura #maker: los respiradores. Desde que inició la crisis del #covid19, o por lo menos desde que comenzamos a ser conscientes de ella, se cernía la amenaza de la escasez de estos aparatos, que se preveía se necesitarían por miles. Todos escuchamos de los dramáticos casos en Italia en que se debían tomar decisiones de vida o muerte con base en las personas que tenían más posibilidades de sobrevivir y la escasa disponibilidad de estos implementos médicos.
En México, el interés por los ventiladores comenzó a aumentar a mediados de marzo (según Google Trends). En este momento, es un juego contra reloj, en el que diversas iniciativas trabajan en soluciones complementarias a la base oficial, entre ellas la fabricación de ventiladores mecánicos con base en diseños que fueron utilizados de emergencia en España, prototipos de respiradores artificiales de bajo costo y splitters (para que el ventilador se use para dos pacientes).
Un equipo mexicano multidisciplinario trabaja, por ejemplo, en un respirador diseñado para casos no graves de acuerdo con las especificaciones de Reesistencia Team, una organización española creada como respuesta a la emergencia del #covid19. Se trata de sistemas autónomos Open, basados en el sistema Jackson Rees. Estos chicos (y no tan chicos) están haciendo un magnífico trabajo.
Retrocediendo en el tiempo, Reesistencia Team el 3 de abril publicaba en GitLab los archivos necesarios para comenzar con las primeras impresiones de partes en réplica. Después de muchos días sin dormir, como ellos mismos cuentan. Ahí están las pruebas, en su timeline. Las alegrías cuando las cosas funcionaban como debían. El registro del comportamiento de pruebas en monitores. Las fallas. La adrenalina. Los primeros archivos en Dropbox para replicar el Reespirator 23 a mediados de marzo.
Listos para imprimir/ReesistenciaTeam |
Lista de componentes/Reesistencia Team |
Hasta su última publicación (ayer 28 de abril), Reesistencia TMX mencionaba la necesidad de un gasómetro arterial para la realización de las primeras pruebas en seres vivos, misma que se realizará bajo la supervisión de dos comités de bioética de instituciones de educación superior en Sonora. Al parecer los protocolos están listos, así que esperemos pronto tener buenas noticias.
Estaremos pendientes de este y demás proyectos. Y de nuevo, ¡gracias, makers, y trabajadores de salud de todo el mundo!