Por Talya Aluveaux y Lourdes Encinas*
No sé por qué dije olas. Más bien debí haber dicho tormentas. O tsunamis. Tal vez porque en Twitter se propagan como olas. O no lo sé. Me atrevería a especular que siguen un patrón completamente aleatorio, expandiéndose en todas direcciones vía RT, RT, RT. Si analizara algunos datasets... (no me tienten). El caso es que son espeluznantes. De hecho, todo social media manager debería tener un plan B,C,D para lidiar con ellas, prevenirlas y/o hacer damage control.
Confieso que, en general, a mi lo que se me viene a la mente cuando pienso en las cacerías de Twitter es una turba enajenada, piedra en mano, dispuesta a linchar al susodicho o susodicha en cuestión, haya o no investigado/razonado/leído/averiguado sobre la razón del repudio colosal repentino en redes sociales (RCR, ya le inventé siglas :P). Y es que, whoa, es como echarle gasolina a una hoguera, encender un cerillo en un barril de pólvora, tirar un cigarrillo en un cluster de fábricas de cuetes, qué se yo.
En el principio eran las flame wars, estallidos de odio dentro de un foro o thread generalmente provocados por fanboys peleando sobre cuál era el mejor sistema operativo, videojuego, consola (you name it, those were the days...), pero claro, todo quedaba "en familia" y los foros nunca fueron tan mainstream como lo es hoy twitter (my god, nunca vi ningún noticiero reportando sobre un flame war en Slashdot :P).
Hoy en día, sin embargo, el escenario es completamente distinto. Por un lado, tenemos que las redes sociales se han vuelto completamente mainstream (uno se descuida y hasta la abuelita tiene Twitter), por el otro, tenemos cientos...no, miles, de figuras públicas de todos los ámbitos escribiendo en Twitter aunque sea con ghost tweets, que para el caso es (casi) lo mismo. La vapuleada es la cuenta. En el momento en que el susodicho o susodicha la "riega", FUAAAAAAA RT tras RT diagonal con insulto de por medio. Y entonces todo avanza de manera exponencial. Y entonces Peña Nieto manda cerrar la cuenta de su hija. ah, no... ¿verdad?
Boom. Todo el mundo empieza a linkear el tweet o la liga a la información correspondiente, a tomar screenshots oportunos (antes de que cierren, bloqueen o tumben la cuenta) y/o a replicar el hashtag en todas sus redes. Lo que me lleva al otro lado (eran tres, pues): Las etiquetas, los hashtags o para entendernos mejor, el llamado folksonomy, la organización de los datos con respecto a un tema particular orquestado por "folks" (individuos, personas, aka usuarios de twitter) posibilitan que un determinado hashtag se repita suficientes veces como para llegar a ser trend topic. Uh Oh...
Hasta aquí dejo mi post. No digo OUT como siempre porque habrá una segunda parte escrita por mi monstruo favorito de Twitter (lo digo cariñosamente) Lourdes Encinas Moreno (@lojesa) y algunos "estudios de caso". Mwahaha. Wait for it.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La bio de Miguel; lo prometido es deuda
Por Talya Aluveaux @talya Miguel de Icaza nació en 1972. Es un programador, mejor conocido por iniciar los proyectos GNOME, Mono y Xamarin. ...
-
Por Talya Aluveaux* Como dice Alex en La Naranja Mecánica: Welly, welly, well... Es casi como si alguien lo hubiera planeado. O fue...
-
Por Talya Aluveaux* En un par de artículos anteriores me referí a Google Code-In como un concurso, pero creo que es necesario clarificar ...
-
Por Talya Aluveaux* Bueno, técnicamente es un juego. Pero a final de cuentas es una app. Oh, so you want a quirky swapping letters gam...
No hay comentarios:
Publicar un comentario