Por Talya Aluveaux*
El viejo Netflix. Así se siente todo por acá, aproximadamente 5 segundos después de haber salido al mercado. Y en el caso de este engendro, digamos que ya tiene sus ayeres. Lo conocía sólo por la referencia usual en Internet, como conozco Tivo y nunca he usado éste u otro servicio de DVR. Y cuando salió en México mi reacción fue la usual (Meh), especialmente leyendo los comentarios en Twitter, que en resumidas cuentas decía que el catálogo nomás no. Mi TL, al menos :P (yo les creo!)
El punto es que @morpheus_mx1, que usualmente tiene una reacción anormalmente entusiasta (y radicalmente opuesta a mi meh de todos los tiempos) ante la introducción de cualquier artilugio y/o servicio tecnológico comenzó inmediatamente su campaña de proselitismo pro Netflix, topándose como suele suceder con un muro de indiferencia neoamish, para eventualmente ignorar por completo mi punto de vista y hacer lo necesario para obtener el mes de prueba gratis vía Xbox Live Gold.
Así, pues, ahí estaba la cosa esa en la tele, al alcance de unos clickety click con el control de la X360, pero yo seguía haciéndome la indiferente. Y bueno, un día, muy seguramente contra mi voluntad, me mostró el "catálogo" (debo decir que el hecho que lo hiciera usando la función de reconocimiento de voz no ayudó. Xbox! Mostrar más! Siguiente! Ooook...) y, este, bueno... you had me at Being Elmo.
Wait. ¿Do they have a documentary selection? Prácticamente le quité el control de las manos (bueno, no se lo quité, pero i wished so) e, hipnotizada, comencé a pedir: Mostrar más. Más. Siguiente. Anterior. Oh, Whew. Oh, que bien! A ver, ¿qué tienen en series? Got me now. Estaba la primer temporada de Nurse Jackie. Ahora bien, yo sé que la pasan en el sistema de cable, pero nunca he sido una de esas personas capaces de organizarse para ver determinado programa a determinada hora, así que había tenido suerte si alguna vez había alcanzado medio capítulo y eso por casualidad. Y otra cosa: Odio los comerciales. Y los de Megacable más. ¿Quién no?
El caso es que... Jackpot! Being Elmo, la primer temporada de Nurse Jackie* y ahora Community. Um, creo que este mes he visto más televisión que en los últimos dos años. Gulp. Pero es que es tan adictivo. Clickety click en el botón verde, next episode. No hassle, no downloads, no codec problems, no nothing. Nice.
Ahora, hasta este momento sólo he escrito sobre mi perspectiva, pero olvidé mencionar "La reina del sur". Mi hermano tiene (what seems to be) décadas hablando de que quiere ver esa ¿serie?, y una vez hasta se la descargué (cof, cof) en su casa para que la viera en el reproductor VLC, ah, pero VJ es el equivalente a Zoolander frente a la iMac. No pudo, no sabe, no contestó. Etcétera. Cuando le platicamos sobre Netflix y la disponibilidad del susodicho programa, el costo, la prueba de un mes, etcétera, casi no podía esperar. Es más, unas horas después comencé a ver los startus updates de facebook (de los que seguramente ni cuenta se dió...ok, i know for a fact that he didnt): Victor Julián Arvizu está viendo La reina del Sur. Episodio X. O algo. Ow.
Para el día siguiente ya lo quería ver vía móvil. Um, no. That didnt work quite well (might have to install the android app). Aparentemente lo que había hecho era hacer click en el anuncio de Netflix vía hotmail y (supongo) dar sus datos (hence la configuración "automática" de los status en facebook. Pero bueno, si él pudo...
No he revisado con demasiado detenimiento el catálogo. Entre las recomendaciones vi United States of Tara (punto para la "IA", pero no tengo ganas de verla ahorita), y he visto que hay películas clásicas en inglés y español, comedia "retro", incluso telenovelas. Más o menos cubre todas las bases. No estoy muy segura (pero investigaré mwahaaha) de cómo, cuándo o sobre qué base se actualizan o cambian los contenidos, pero so far, so good. I say its a keeper.
Out.
*Mind you, ya va en la cuarta temporada. Def no es para personas hiper actualizadas, más bien para despistados no muy afectos a TPB o con pendientes "atrasados". Trick para los desesperados.
jueves, marzo 22, 2012
domingo, marzo 18, 2012
Olas de odio. Heat waves. En Twitter. Primera Parte.
Por Talya Aluveaux y Lourdes Encinas*
No sé por qué dije olas. Más bien debí haber dicho tormentas. O tsunamis. Tal vez porque en Twitter se propagan como olas. O no lo sé. Me atrevería a especular que siguen un patrón completamente aleatorio, expandiéndose en todas direcciones vía RT, RT, RT. Si analizara algunos datasets... (no me tienten). El caso es que son espeluznantes. De hecho, todo social media manager debería tener un plan B,C,D para lidiar con ellas, prevenirlas y/o hacer damage control.
Confieso que, en general, a mi lo que se me viene a la mente cuando pienso en las cacerías de Twitter es una turba enajenada, piedra en mano, dispuesta a linchar al susodicho o susodicha en cuestión, haya o no investigado/razonado/leído/averiguado sobre la razón del repudio colosal repentino en redes sociales (RCR, ya le inventé siglas :P). Y es que, whoa, es como echarle gasolina a una hoguera, encender un cerillo en un barril de pólvora, tirar un cigarrillo en un cluster de fábricas de cuetes, qué se yo.
En el principio eran las flame wars, estallidos de odio dentro de un foro o thread generalmente provocados por fanboys peleando sobre cuál era el mejor sistema operativo, videojuego, consola (you name it, those were the days...), pero claro, todo quedaba "en familia" y los foros nunca fueron tan mainstream como lo es hoy twitter (my god, nunca vi ningún noticiero reportando sobre un flame war en Slashdot :P).
Hoy en día, sin embargo, el escenario es completamente distinto. Por un lado, tenemos que las redes sociales se han vuelto completamente mainstream (uno se descuida y hasta la abuelita tiene Twitter), por el otro, tenemos cientos...no, miles, de figuras públicas de todos los ámbitos escribiendo en Twitter aunque sea con ghost tweets, que para el caso es (casi) lo mismo. La vapuleada es la cuenta. En el momento en que el susodicho o susodicha la "riega", FUAAAAAAA RT tras RT diagonal con insulto de por medio. Y entonces todo avanza de manera exponencial. Y entonces Peña Nieto manda cerrar la cuenta de su hija. ah, no... ¿verdad?
Boom. Todo el mundo empieza a linkear el tweet o la liga a la información correspondiente, a tomar screenshots oportunos (antes de que cierren, bloqueen o tumben la cuenta) y/o a replicar el hashtag en todas sus redes. Lo que me lleva al otro lado (eran tres, pues): Las etiquetas, los hashtags o para entendernos mejor, el llamado folksonomy, la organización de los datos con respecto a un tema particular orquestado por "folks" (individuos, personas, aka usuarios de twitter) posibilitan que un determinado hashtag se repita suficientes veces como para llegar a ser trend topic. Uh Oh...
Hasta aquí dejo mi post. No digo OUT como siempre porque habrá una segunda parte escrita por mi monstruo favorito de Twitter (lo digo cariñosamente) Lourdes Encinas Moreno (@lojesa) y algunos "estudios de caso". Mwahaha. Wait for it.
No sé por qué dije olas. Más bien debí haber dicho tormentas. O tsunamis. Tal vez porque en Twitter se propagan como olas. O no lo sé. Me atrevería a especular que siguen un patrón completamente aleatorio, expandiéndose en todas direcciones vía RT, RT, RT. Si analizara algunos datasets... (no me tienten). El caso es que son espeluznantes. De hecho, todo social media manager debería tener un plan B,C,D para lidiar con ellas, prevenirlas y/o hacer damage control.
Confieso que, en general, a mi lo que se me viene a la mente cuando pienso en las cacerías de Twitter es una turba enajenada, piedra en mano, dispuesta a linchar al susodicho o susodicha en cuestión, haya o no investigado/razonado/leído/averiguado sobre la razón del repudio colosal repentino en redes sociales (RCR, ya le inventé siglas :P). Y es que, whoa, es como echarle gasolina a una hoguera, encender un cerillo en un barril de pólvora, tirar un cigarrillo en un cluster de fábricas de cuetes, qué se yo.
En el principio eran las flame wars, estallidos de odio dentro de un foro o thread generalmente provocados por fanboys peleando sobre cuál era el mejor sistema operativo, videojuego, consola (you name it, those were the days...), pero claro, todo quedaba "en familia" y los foros nunca fueron tan mainstream como lo es hoy twitter (my god, nunca vi ningún noticiero reportando sobre un flame war en Slashdot :P).
Hoy en día, sin embargo, el escenario es completamente distinto. Por un lado, tenemos que las redes sociales se han vuelto completamente mainstream (uno se descuida y hasta la abuelita tiene Twitter), por el otro, tenemos cientos...no, miles, de figuras públicas de todos los ámbitos escribiendo en Twitter aunque sea con ghost tweets, que para el caso es (casi) lo mismo. La vapuleada es la cuenta. En el momento en que el susodicho o susodicha la "riega", FUAAAAAAA RT tras RT diagonal con insulto de por medio. Y entonces todo avanza de manera exponencial. Y entonces Peña Nieto manda cerrar la cuenta de su hija. ah, no... ¿verdad?
Boom. Todo el mundo empieza a linkear el tweet o la liga a la información correspondiente, a tomar screenshots oportunos (antes de que cierren, bloqueen o tumben la cuenta) y/o a replicar el hashtag en todas sus redes. Lo que me lleva al otro lado (eran tres, pues): Las etiquetas, los hashtags o para entendernos mejor, el llamado folksonomy, la organización de los datos con respecto a un tema particular orquestado por "folks" (individuos, personas, aka usuarios de twitter) posibilitan que un determinado hashtag se repita suficientes veces como para llegar a ser trend topic. Uh Oh...
Hasta aquí dejo mi post. No digo OUT como siempre porque habrá una segunda parte escrita por mi monstruo favorito de Twitter (lo digo cariñosamente) Lourdes Encinas Moreno (@lojesa) y algunos "estudios de caso". Mwahaha. Wait for it.
sábado, marzo 17, 2012
Y la palabra del día es: Paywalls (Internet una super Xerox machine?)
Por Talya Aluveaux*
Ya sé lo que están pensando. Sábado en la noche escribiendo posts, SO #foreveralone. Pues sí. Sí. Efectivamente. Además decidí que de alguna manera tenía que capitalizar el insomnio de esta madrugada. No, la minuciosa y detalla descripción de mis ires y venires en la red que tuvo que aguantar @morpheus_mx1 esta mañana no fue suficiente. Necesito más víctimas.
Pues bien, les decía: Paywalls. Todo comenzó esta mañana con un tweet en el que hacían referencia a un artículo de Alexis Madrigal en The Atlantic. Y allá va su desvelada y desangelada corresponsal (reportando desde el ciberespacio, Jacobo) a ver de qué iba. No, si esta adicción a la información es una maldición (verso sin esfuerzo)...tengo FOMO. En fin. Que era toda una diatriba criticando al director de Harpers, quien a su vez había dicho que Internet no era más que una gran Xerox machine.
Y de ahí se derivó toda una discusión sobre modelos de negocio online/offline, efectividad de la publicidad en ambos medios, el medio es el mensaje, que sí, que no, la desaparición de los medios impresos, catálogos de ventas impresos versus compras online, los modelos híbridos, que si los paywalls....wait, what? New word for me, I swear. Pero el concepto, claro, no es nada nuevo. Paywall, as in, muy rústicamente traducido, muro de pago, o paga por ver, aka NYT, Reforma, and the like... el caso es que el director de Harpers no está muy de acuerdo con distribuir los contenidos libremente online, e incluso recomienda a los estudiantes de periodismo colocar paywalls en sus blogs....OOOKKK...
Ante semejantes afirmaciones, Madrigal se deshace en críticas señalando que, palabras más, palabras menos, él escribe por algo más que por dinero, lo hace también para contribuir, trascender, generar un cierto impacto social, etcétera, por tanto, sostiene que es importante liberar los contenidos. Dice también que por más que nos empeñemos en hacerlo, las vidas offline/online de las personas ya no son dos mundos distintos, sino confluyentes.
Cito:
People's lives aren't divided into "offline life" and "online life," even if we'd like to pretend that's the case. People on Capitol Hill use the Internet. People on Main Street use the Internet. People on Wall Street use the Internet. The Internet is where the action is: it's where all the elegant, dirty, pretty, lowbrow, brilliant ideas come together to commingle and evolve.
I mean... I think Madrigal has a point. Then again, en los comentarios (sí, porque leo TODOS los comentarios) recibe algunas réplicas interesantes, especialmente con respecto a la supuesta disponibilidad de oportunidades para periodistas/escritores freelance que ofrece Internet (que les digan dónde están, dicen...) y claro, cuestionan las condiciones de pago para periodistas/redactores en medios online versus medios impresos, así como la calidad de los textos en ambos canales de distribución.
Al final todo es confusión. Pero no se me olvida el comentario que, inteligentemente, creo, hizo alguien: Puedo leer una revista y disfrutar de la textura del papel, the glossy pages, etcétera, y luego leer en mi laptop, at the warm glow of it. What a great time to be alive.
What a great time to be alive, indeed.
Out.
Ya sé lo que están pensando. Sábado en la noche escribiendo posts, SO #foreveralone. Pues sí. Sí. Efectivamente. Además decidí que de alguna manera tenía que capitalizar el insomnio de esta madrugada. No, la minuciosa y detalla descripción de mis ires y venires en la red que tuvo que aguantar @morpheus_mx1 esta mañana no fue suficiente. Necesito más víctimas.
Pues bien, les decía: Paywalls. Todo comenzó esta mañana con un tweet en el que hacían referencia a un artículo de Alexis Madrigal en The Atlantic. Y allá va su desvelada y desangelada corresponsal (reportando desde el ciberespacio, Jacobo) a ver de qué iba. No, si esta adicción a la información es una maldición (verso sin esfuerzo)...tengo FOMO. En fin. Que era toda una diatriba criticando al director de Harpers, quien a su vez había dicho que Internet no era más que una gran Xerox machine.
Y de ahí se derivó toda una discusión sobre modelos de negocio online/offline, efectividad de la publicidad en ambos medios, el medio es el mensaje, que sí, que no, la desaparición de los medios impresos, catálogos de ventas impresos versus compras online, los modelos híbridos, que si los paywalls....wait, what? New word for me, I swear. Pero el concepto, claro, no es nada nuevo. Paywall, as in, muy rústicamente traducido, muro de pago, o paga por ver, aka NYT, Reforma, and the like... el caso es que el director de Harpers no está muy de acuerdo con distribuir los contenidos libremente online, e incluso recomienda a los estudiantes de periodismo colocar paywalls en sus blogs....OOOKKK...
Ante semejantes afirmaciones, Madrigal se deshace en críticas señalando que, palabras más, palabras menos, él escribe por algo más que por dinero, lo hace también para contribuir, trascender, generar un cierto impacto social, etcétera, por tanto, sostiene que es importante liberar los contenidos. Dice también que por más que nos empeñemos en hacerlo, las vidas offline/online de las personas ya no son dos mundos distintos, sino confluyentes.
Cito:
People's lives aren't divided into "offline life" and "online life," even if we'd like to pretend that's the case. People on Capitol Hill use the Internet. People on Main Street use the Internet. People on Wall Street use the Internet. The Internet is where the action is: it's where all the elegant, dirty, pretty, lowbrow, brilliant ideas come together to commingle and evolve.
I mean... I think Madrigal has a point. Then again, en los comentarios (sí, porque leo TODOS los comentarios) recibe algunas réplicas interesantes, especialmente con respecto a la supuesta disponibilidad de oportunidades para periodistas/escritores freelance que ofrece Internet (que les digan dónde están, dicen...) y claro, cuestionan las condiciones de pago para periodistas/redactores en medios online versus medios impresos, así como la calidad de los textos en ambos canales de distribución.
Al final todo es confusión. Pero no se me olvida el comentario que, inteligentemente, creo, hizo alguien: Puedo leer una revista y disfrutar de la textura del papel, the glossy pages, etcétera, y luego leer en mi laptop, at the warm glow of it. What a great time to be alive.
What a great time to be alive, indeed.
Out.
jueves, marzo 08, 2012
Sobre el problema de la protección de datos en México (necesito asesorías)
Ya para terminar con mi enfadosísima serie de lo que me tocó ver, aprender, etcétera en el Congreso del COMECSO (bueno, no es cierto, me falta al menos una ponencia, y no @edoac no es la mía) sólo quiero hablar un poco sobre el trabajo de una muy entusiasta Sofía Salgado (ya quisiera yo la décima parte de ese entusiasmo, y eso que amo mi investigación), quien básicamente se dedicó a despotricar sobre el desastre que se tiene en México en materia de protección de datos personales.
La ponencia en sí se llamó "La protección de datos personales ante el desarrollo tecnológico. Los cambios sociales y jurídicos necesarios". Okay. Esta mujer habló de muchas cosas, pero que yo pueda rescatar, está la cuestión de... de... bueno, por ejemplo, del historial crediticio. Dice que debe tenerse lo que llamó "derecho al olvido". Um. Y recibió varias críticas al respecto. Pero igual y tiene un punto, la "marca" que queda por el mal manejo de un crédito puede afectar mucho, y es un verdadero lío hacer constar que a pesar de que el manejo fue malo eventualmente se liquidó o puso al corriente.
¿Qué mas? Habló de todo. Grabaciones en lugares públicos, cámaras de vigilancia por todos lados, el problema de robo o suplantación de identidad, los datos en los que está en posesión el Gobierno y/o el Instituto Mexicano del Seguro Social o los bancos de sangre. Recitó de memoria los artículos en los que se tratan estos temas dentro de la Constitución, explicando que lo tratan de manera fragmentada, por lo que resulta inoperante. No me pidan que recuerde todo eso. Sería pedirle demasiado a mi cabeza. Mejor consúltenlo con su abogado de confianza.
Una cosa es cierta, hace mucho pero mucho estamos enfrentándonos como sociedad a un claro proceso de pérdida de la privacidad, ligado a... tantas cosas. Pero como dijo...alguien (I am pretty sure :p): "There is no such thing as privacy on the Internet. Get over it". Ok, tal vez nadie lo dijo, pero para estar completamente seguros habría que desconectar los cables.
Bueno, la ponente parecía estar muy preocupada por las direcciones IP que "delatan" nuestra máquina y de dónde nos conectamos, y cuestiones como la información "privada" que confiamos a los servicios de Internet (hey, si no te cuesta, el producto eres tú, we get it) y que a menudo es utilizada para fines comerciales y/o de mercadotecnia. Psi. True. ¿Do we care? Mostly no. Why? Quien sabe. ¿No tenemos nada que esconder? ¿Apatía? ¿Nos vale?
Mencionó casos como el de un canadiense que estuvo preso cerca de un año después del ataque a las torres gemelas debido a información errónea que el gobierno de Canadá le dió a la CIA. Ooops. Habló de las licencias de software que nadie lee, en fin, no dejó títere sin cabeza. Dijo todo en lo que estamos "mal" y que, claro, falta mucho por hacer en materia jurídica.
Pues sí. Es como entrarle al monstruo de las 100 cabezas. Ni por donde empezar.
¿Qué opinan?
Out.
La ponencia en sí se llamó "La protección de datos personales ante el desarrollo tecnológico. Los cambios sociales y jurídicos necesarios". Okay. Esta mujer habló de muchas cosas, pero que yo pueda rescatar, está la cuestión de... de... bueno, por ejemplo, del historial crediticio. Dice que debe tenerse lo que llamó "derecho al olvido". Um. Y recibió varias críticas al respecto. Pero igual y tiene un punto, la "marca" que queda por el mal manejo de un crédito puede afectar mucho, y es un verdadero lío hacer constar que a pesar de que el manejo fue malo eventualmente se liquidó o puso al corriente.
¿Qué mas? Habló de todo. Grabaciones en lugares públicos, cámaras de vigilancia por todos lados, el problema de robo o suplantación de identidad, los datos en los que está en posesión el Gobierno y/o el Instituto Mexicano del Seguro Social o los bancos de sangre. Recitó de memoria los artículos en los que se tratan estos temas dentro de la Constitución, explicando que lo tratan de manera fragmentada, por lo que resulta inoperante. No me pidan que recuerde todo eso. Sería pedirle demasiado a mi cabeza. Mejor consúltenlo con su abogado de confianza.
Una cosa es cierta, hace mucho pero mucho estamos enfrentándonos como sociedad a un claro proceso de pérdida de la privacidad, ligado a... tantas cosas. Pero como dijo...alguien (I am pretty sure :p): "There is no such thing as privacy on the Internet. Get over it". Ok, tal vez nadie lo dijo, pero para estar completamente seguros habría que desconectar los cables.
Bueno, la ponente parecía estar muy preocupada por las direcciones IP que "delatan" nuestra máquina y de dónde nos conectamos, y cuestiones como la información "privada" que confiamos a los servicios de Internet (hey, si no te cuesta, el producto eres tú, we get it) y que a menudo es utilizada para fines comerciales y/o de mercadotecnia. Psi. True. ¿Do we care? Mostly no. Why? Quien sabe. ¿No tenemos nada que esconder? ¿Apatía? ¿Nos vale?
Mencionó casos como el de un canadiense que estuvo preso cerca de un año después del ataque a las torres gemelas debido a información errónea que el gobierno de Canadá le dió a la CIA. Ooops. Habló de las licencias de software que nadie lee, en fin, no dejó títere sin cabeza. Dijo todo en lo que estamos "mal" y que, claro, falta mucho por hacer en materia jurídica.
Pues sí. Es como entrarle al monstruo de las 100 cabezas. Ni por donde empezar.
¿Qué opinan?
Out.
miércoles, marzo 07, 2012
¿Una sociología de facebook?
Les decía, mi director de tesis tuvo algunos problemas para decidir quién podría integrar, junto con Enrique de la Garza y Mónica Casalet, la mesa redonda inaugural del Programa del Eje 8 (Cambio Tecnológico y Organización Social) en el Congreso del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales, y el elegido finalmente fue Raúl Trejo Delarbre. Debo confesar que no se me ocurrió nadie a quien recomendar. En serio.
En fin. Delarbre tituló su presentación como "Internet, ciudadanos en línea y cambio social", y en general hizo un análisis meta del tipo de investigación que se realiza hoy en día sobre estos temas, generalmente centrado en los aspectos antropológicos y/o etnológicos, lo cual no es necesariamente malo, pero señaló que hace falta una "sociología de facebook". Ooook.
Lo que Delarbre quiso decir, estoy casi segura, es que hace falta que más científicos sociales presten atención a lo que está pasando en estas lides, así como en un tiempo hubo la necesidad que prestaran atención a lo que pasaba en las maquiladoras, hence la "sociología de las maquiladoras" inserta en un campo de estudio mucho más amplio, el de la sociología del trabajo.
Yo no sé. No tiene caso que repita aquí los números que ya todos sabemos. Cantidad de usuarios de Facebook, cantidad de usuarios de Twitter, porcentaje de mexicanos con acceso a Internet, a una computadora, a redes sociales, a teléfono celular, etcétera. Lo que sí me parece interesante, y porque no quisiera parafrasearlo tanto, es citar algunas de las cosas que dijo Delarbre (quien por cierto clama 20 años de experiencia en esto del internetz) y que, aclaro, anoté a toda prisa durante la mesa:
*nos falta distancia, nos falta historia, para saber si son auténticos cambios, simplemente modificaciones...
*nos provee de toneladas de datos a las que antes teniamos acceso solamente de manera esporádica que las ciencias sociales no han solido reconocer con rapidez, primero fue desdeñada, casi no había sociólogos ni politólogos interesados.
*han sido estudiados con enfoques antropológicos y/o etnográficos
*el análisis de espacios sin asidero geográfico/trasciende territorios y jurisdicciones, hay que tomar en cuenta problemas de territorialidad
*análisis meta de mención de términos recurrentes como brecha digital, comunidades virtuales... hay que ir más allá de estos inventarios
*¿es comunidad realmente de acuerdo con los términos tradicionales? *cuando entran a un chat, "pertenecen" a una comunidad en línea, es más líquido que la participación presencial en grupos, pero permite el desarrollo de identidades
*escuetos, directos, categóricos y sobre todo multidireccionales
*cada vez es más difícil ser anónimo
*fb es una colección de datos formidables para ser analizados/nos desborda, nos resulta vertiginoso, no sabemos como aprehenderlo, valdrá la pena plantearnos tener una sociología de fb (la nueva caja de petri de los sociólgos contemporáneos?) //en latinoamerica hay sociologos muy ensimismado que suele considerar estas investigaciones inutiles//227 millones de usuarios de fb?
*método binario? en las redes sociales hay una diversidad, una heterogeneidad que no podemos explicar con definiciones unicamente polares, necesitamos una sociologia de facebook, que atienda a la narracion de las personas que despliegan vocaciones e identidades en esos espacios
Y bien. Ustedes dirán. Vale la pena analizar muchas de las cosas que dijo, sobre todo tomando en cuenta que se estaba dirigiendo a sociólogos de oficio, que saben poco o nada sobre estos temas, que en algunos casos incluso los atemorizan.
Yo sólo añadiría una cuestión que anoté, ya ni siquiera puedo recordar quien la dijo, pero fue en el Congreso, se los aseguro:
La tecnología no evoluciona, sino que es un apéndice de la evolución social.
Oh my God. Díganme que opinan.
Para mayor referencia, el sitio de RTD: http://rtrejo.wordpress.com/
En fin. Delarbre tituló su presentación como "Internet, ciudadanos en línea y cambio social", y en general hizo un análisis meta del tipo de investigación que se realiza hoy en día sobre estos temas, generalmente centrado en los aspectos antropológicos y/o etnológicos, lo cual no es necesariamente malo, pero señaló que hace falta una "sociología de facebook". Ooook.
Lo que Delarbre quiso decir, estoy casi segura, es que hace falta que más científicos sociales presten atención a lo que está pasando en estas lides, así como en un tiempo hubo la necesidad que prestaran atención a lo que pasaba en las maquiladoras, hence la "sociología de las maquiladoras" inserta en un campo de estudio mucho más amplio, el de la sociología del trabajo.
Yo no sé. No tiene caso que repita aquí los números que ya todos sabemos. Cantidad de usuarios de Facebook, cantidad de usuarios de Twitter, porcentaje de mexicanos con acceso a Internet, a una computadora, a redes sociales, a teléfono celular, etcétera. Lo que sí me parece interesante, y porque no quisiera parafrasearlo tanto, es citar algunas de las cosas que dijo Delarbre (quien por cierto clama 20 años de experiencia en esto del internetz) y que, aclaro, anoté a toda prisa durante la mesa:
*nos falta distancia, nos falta historia, para saber si son auténticos cambios, simplemente modificaciones...
*nos provee de toneladas de datos a las que antes teniamos acceso solamente de manera esporádica que las ciencias sociales no han solido reconocer con rapidez, primero fue desdeñada, casi no había sociólogos ni politólogos interesados.
*han sido estudiados con enfoques antropológicos y/o etnográficos
*el análisis de espacios sin asidero geográfico/trasciende territorios y jurisdicciones, hay que tomar en cuenta problemas de territorialidad
*análisis meta de mención de términos recurrentes como brecha digital, comunidades virtuales... hay que ir más allá de estos inventarios
*¿es comunidad realmente de acuerdo con los términos tradicionales? *cuando entran a un chat, "pertenecen" a una comunidad en línea, es más líquido que la participación presencial en grupos, pero permite el desarrollo de identidades
*escuetos, directos, categóricos y sobre todo multidireccionales
*cada vez es más difícil ser anónimo
*fb es una colección de datos formidables para ser analizados/nos desborda, nos resulta vertiginoso, no sabemos como aprehenderlo, valdrá la pena plantearnos tener una sociología de fb (la nueva caja de petri de los sociólgos contemporáneos?) //en latinoamerica hay sociologos muy ensimismado que suele considerar estas investigaciones inutiles//227 millones de usuarios de fb?
*método binario? en las redes sociales hay una diversidad, una heterogeneidad que no podemos explicar con definiciones unicamente polares, necesitamos una sociologia de facebook, que atienda a la narracion de las personas que despliegan vocaciones e identidades en esos espacios
Y bien. Ustedes dirán. Vale la pena analizar muchas de las cosas que dijo, sobre todo tomando en cuenta que se estaba dirigiendo a sociólogos de oficio, que saben poco o nada sobre estos temas, que en algunos casos incluso los atemorizan.
Yo sólo añadiría una cuestión que anoté, ya ni siquiera puedo recordar quien la dijo, pero fue en el Congreso, se los aseguro:
La tecnología no evoluciona, sino que es un apéndice de la evolución social.
Oh my God. Díganme que opinan.
Para mayor referencia, el sitio de RTD: http://rtrejo.wordpress.com/
martes, marzo 06, 2012
de los actores políticos y las redes sociales, bueno, facebook... en Colima
Para ser honesta esta es la investigación que menos interesante y "trabajada" me pareció. La presentaron tres jóvenes de Colima que para mi gusto repitieron demasiadas veces las palabras "próximas elecciones".
Ok. Dicho esto, el diseño de la investigación es más o menos como sigue. Estos muchachos se dieron a la tarea de monitorear a todos los diputados de Colima en Facebook, con el objeto de dilucidar cosas como quién publicaba más status updates o era más activo en esta red social, cuántos "likes" recibía, qué tipo de retroalimentación (positiva o negativa) era más frecuente por parte de sus "amigos" y en general, tomar estos datos como fuente para decir "tal o cual candidato es más activo en redes sociales" o "recibe mayor retroalimentación positiva por parte de los jóvenes.
Sobra decir que recibieron algunas críticas, primero, porque para hacer este tipo de afirmaciones es necesario un análisis multidimensional con mucho más cuidado, y segundo porque no incluían la precisión básica de que las cifras y los resultados eran, por supuesto, tomando como muestra sólo las personas que tienen acceso a Internet, tal o cual red social y/o siguen o son "amigos" del actor político X.
Ah, porque se presta para tantas cosas. Pero nada nos sorprende. Nadita de nada. Que si el conteo de followers, que si el número de tweets, que si los status updates. Mencionaron por allí que había una diputada que ponía todo, pero todo en facebook, hasta lo que comía. Bueno. Práctica normal y hasta sana de vez en cuando por más que la critiquen (con lo fácil que me aburro, un TL monotemático? SOS), pero yo diría que hay muchísimas cosas que tomar en cuenta para hacer afirmaciones que no descansen tanto en arena movediza.
Veamos. No es sólo cantidad. También es calidad de los tweets o status updates o lo que sea. No sólo es número de followers y/o interacciones o likes. Nadie garantiza que el número no sea inflado, se trate de followers falsos, interacciones generadas por el equipo para hacer "quedar bien" al diputado (a) y cosas por el estilo. Ahora bien, nadie garantiza tampoco que lo que aparece en el TL sea escrito o para el caso, pensado, por el candidato. Claro, bueno, no los culparía... ¿quien tiene tiempo para estar todo el día o incluso 10 minutos prestando atención no parcial a facebook o twitter? Para eso se tiene a alguien o a varios, que actualicen y/o mantengan la cuenta. Pero si el diputado ni sabe usar el iPad que le dieron.
En fin. Ustedes dirán. No deja de ser un ejercicio interesante, pero desde mi punto de vista, poco fructífero. Casi inútil.
Out.
Ok. Dicho esto, el diseño de la investigación es más o menos como sigue. Estos muchachos se dieron a la tarea de monitorear a todos los diputados de Colima en Facebook, con el objeto de dilucidar cosas como quién publicaba más status updates o era más activo en esta red social, cuántos "likes" recibía, qué tipo de retroalimentación (positiva o negativa) era más frecuente por parte de sus "amigos" y en general, tomar estos datos como fuente para decir "tal o cual candidato es más activo en redes sociales" o "recibe mayor retroalimentación positiva por parte de los jóvenes.
Sobra decir que recibieron algunas críticas, primero, porque para hacer este tipo de afirmaciones es necesario un análisis multidimensional con mucho más cuidado, y segundo porque no incluían la precisión básica de que las cifras y los resultados eran, por supuesto, tomando como muestra sólo las personas que tienen acceso a Internet, tal o cual red social y/o siguen o son "amigos" del actor político X.
Ah, porque se presta para tantas cosas. Pero nada nos sorprende. Nadita de nada. Que si el conteo de followers, que si el número de tweets, que si los status updates. Mencionaron por allí que había una diputada que ponía todo, pero todo en facebook, hasta lo que comía. Bueno. Práctica normal y hasta sana de vez en cuando por más que la critiquen (con lo fácil que me aburro, un TL monotemático? SOS), pero yo diría que hay muchísimas cosas que tomar en cuenta para hacer afirmaciones que no descansen tanto en arena movediza.
Veamos. No es sólo cantidad. También es calidad de los tweets o status updates o lo que sea. No sólo es número de followers y/o interacciones o likes. Nadie garantiza que el número no sea inflado, se trate de followers falsos, interacciones generadas por el equipo para hacer "quedar bien" al diputado (a) y cosas por el estilo. Ahora bien, nadie garantiza tampoco que lo que aparece en el TL sea escrito o para el caso, pensado, por el candidato. Claro, bueno, no los culparía... ¿quien tiene tiempo para estar todo el día o incluso 10 minutos prestando atención no parcial a facebook o twitter? Para eso se tiene a alguien o a varios, que actualicen y/o mantengan la cuenta. Pero si el diputado ni sabe usar el iPad que le dieron.
En fin. Ustedes dirán. No deja de ser un ejercicio interesante, pero desde mi punto de vista, poco fructífero. Casi inútil.
Out.
lunes, marzo 05, 2012
Políticas públicas de inclusión digital... con qué se come
Bueno, pues ya entrada, les sigo contando del Congreso. No sé si sea una nueva tendencia, de hecho recuerdo que cuando mi director me comunicó que habían aceptado mi ponencia, me dijo que no sólo eso, sino que además había habido muchas propuestas relativas o que giraban en torno a estos temas (Internet, redes sociales...) y que se les dedicaría un día entero (dentro del eje). Incluso, debo decir, tuvo problemas para encontrar un panelista que estuviera "a la altura" para integrar una mesa redonda de apertura en la materia para la Mesa 8 (Cambio Tecnológico y Organización Social). Finalmente, el elegido fue Raúl Trejo Delarbre. En mi opinión, hizo un buen trabajo, pero dejaré ese tema para más adelante.
De lo que quiero hablar ahora es sobre la participación de Sayonara de Amorim, una joven brasileña cuya ponencia versaba sobre la política pública de inclusión digital en Brasil*, un proyecto en el que se colocan centros de acceso a Internet en comunidades desfavorecidas (favelas, periferias, indígenas, etcétera) y mediante un modelo de reclutamiento de voluntarios, que se encargan de enseñar a las personas a usar los recursos ofrecidos por Internet (por un tiempo limitado, puesto que son voluntarios) se pretende reducir la brecha digital que existe en el País.
A nuestras mentes acudió de inmediato, por supuesto, la iniciativa e-México del presidente Fox, misma que nunca llegó a prosperar y terminó, en mi opinión, convertida en un rotundo fracaso. Quizá faltó la red de voluntarios. Quizá no era el momento adecuado. Lo cierto es que no basta con poner los "fierros". A pesar de que es importante la disponibilidad de infraestructura, lo es aún más la capacitación adecuada, la educación, seguimiento y gobernanza del proyecto en su totalidad. Y claro, nunca faltan los "vivos".
En fin. Tras una excelente exposición del tema con un español impregnado de un agradable timbre de voz con acento portugués, lo único que se me ocurrió preguntarle fue si tenía datos de uso de Internet por parte de estas personas, específicamente los indígenas. Background: Una de sus diapositivas mencionaba que un indígena dijo que para él, el centro de acceso era como tener el mundo en su aldea. Y hace algunos años, cuando escribía para El Imparcial (giu), recuerdo haber visto una nota de agencia que anunciaba la disponibilidad de acceso a Internet para los indígenas del Amazonas. Las reacciones fueron: ¡Ay! Para qué quieren Internet! o ¡Para qué los contaminan! y/o comentarios parecidos. Me pareció interesante, pero no medité demasiado al respecto. Simplemente, edité la nota y la mandé a breves, o algo así.
La respuesta de Sayonara me dejó, pues, perpleja. Música. Google. YouTube. Wait.. What? Quería preguntarle qué era lo que veían en YouTube. Pero ya no había tiempo. Ni para preguntas, ni para nada. Seguía la conferencia magistral.
Fascinante, though. Me prometo a mi misma escribirle pronto y hacerle esta y otras preguntas. Ah, y de una vez les advierto que planeo hacer una investigación similar en Sonora. Out.
*Los desafíos para el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación y la lucha contra las desigualdades sociales.
De lo que quiero hablar ahora es sobre la participación de Sayonara de Amorim, una joven brasileña cuya ponencia versaba sobre la política pública de inclusión digital en Brasil*, un proyecto en el que se colocan centros de acceso a Internet en comunidades desfavorecidas (favelas, periferias, indígenas, etcétera) y mediante un modelo de reclutamiento de voluntarios, que se encargan de enseñar a las personas a usar los recursos ofrecidos por Internet (por un tiempo limitado, puesto que son voluntarios) se pretende reducir la brecha digital que existe en el País.
A nuestras mentes acudió de inmediato, por supuesto, la iniciativa e-México del presidente Fox, misma que nunca llegó a prosperar y terminó, en mi opinión, convertida en un rotundo fracaso. Quizá faltó la red de voluntarios. Quizá no era el momento adecuado. Lo cierto es que no basta con poner los "fierros". A pesar de que es importante la disponibilidad de infraestructura, lo es aún más la capacitación adecuada, la educación, seguimiento y gobernanza del proyecto en su totalidad. Y claro, nunca faltan los "vivos".
En fin. Tras una excelente exposición del tema con un español impregnado de un agradable timbre de voz con acento portugués, lo único que se me ocurrió preguntarle fue si tenía datos de uso de Internet por parte de estas personas, específicamente los indígenas. Background: Una de sus diapositivas mencionaba que un indígena dijo que para él, el centro de acceso era como tener el mundo en su aldea. Y hace algunos años, cuando escribía para El Imparcial (giu), recuerdo haber visto una nota de agencia que anunciaba la disponibilidad de acceso a Internet para los indígenas del Amazonas. Las reacciones fueron: ¡Ay! Para qué quieren Internet! o ¡Para qué los contaminan! y/o comentarios parecidos. Me pareció interesante, pero no medité demasiado al respecto. Simplemente, edité la nota y la mandé a breves, o algo así.
La respuesta de Sayonara me dejó, pues, perpleja. Música. Google. YouTube. Wait.. What? Quería preguntarle qué era lo que veían en YouTube. Pero ya no había tiempo. Ni para preguntas, ni para nada. Seguía la conferencia magistral.
Fascinante, though. Me prometo a mi misma escribirle pronto y hacerle esta y otras preguntas. Ah, y de una vez les advierto que planeo hacer una investigación similar en Sonora. Out.
*Los desafíos para el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación y la lucha contra las desigualdades sociales.
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