Por Talya Aluveaux*
Una de las conversaciones predilectas entre mi (ahem) compañero y yo es la que ocurre cada vez que a) es hora de pagar los recibos de los teléfonos celulares again y/o b) las sendas blackberrys se congelan y/o descargan misteriosamente de nuevo.
Hace mucho tiempo que concluimos que estamos cansados de este dispositivo, en primer lugar porque nos parece, bueno, me parece que la relación precio/beneficio es baja. En mi caso, lo único que extraño es el BBM y el correo electrónico, pero usar los servicios básicos era una verdadera tortura (Twitter y Facebook, más o menos pasaban -más menos que más, errr.. ustedes entienden-, pero Foursquare? Dios me libre. Y la red ni pensarlo. No yo. No con mi paciencia. No con mi atención de mosca de la fruta).
Total. Que decidí dejar por la paz el plan blackberry y usar un plan de simple mortal en lo que me decidía por un iphone 4s o un galaxy note (aka we had no $ to splurge on such devices) y es hora que sigo con mi vilipendiada blackberry 8320 color vino que nomás con verla se descarga. Total. Tengo una larga historia como usuaria de "reliquias", pero ya me estaba acostumbrando a estar conectada y así, tipo, ciudadana del siglo XXI, ya saben :P
En fin. El caso es que el marido (rarísimo que suena esa palabra, insisto, de ahora en adelante le llamaré simple y llanamente Morpheus), nada orgulloso poseedor de una Blackberry un poquito más nueva, que alguna vez tuvo mejores tiempos, comienza a arrojar deliberadamente con desdén al pobre aparato cada vez que -soldado herido- se traba entre tanta nota de Reforma, tweet, post, e-mail, mensaje de texto y página Web.
Es hora.
Pero... ¿lo es? Y aquí comienza la saga. Yo no represento ningún problema. El iPhone más nuevo y ya está. No hassle. ¿Pero y él? Por una parte, está muy acostumbrado a la comodidad del teclado táctil de la BB, por no hablar del gran número de contactos profesionales, de trabajo, etcétera, con los que mantiene comunicación a través del BBM y la nada saludable adicción a las notas del periódico Reforma, a las que accede gratis.
¿Un Android?
Comienzo a preguntarme también si no será conveniente abandonar Telcel (el contrato vence el mes próximo) e intentarlo con Iusacell y/o Nextel... Ahora veamos. ¿Cuáles son las opciones disponibles, cuando el factor $ sí es un issue, pero se trata de un usuario bastante quisquilloso (though one)? Plus, no se valen los planes de tantos y tantos MB, es go ilimitado (o al menos 3GB) or go home.
Si elijo sin mirar precios, lo más apetecible sin duda es la Blackberry Torch 2 9810, el Samsung Galaxy SII y por supuesto, el iPhone 4S. Luego está la Galaxy Note, con la que por cierto se me hace agua la boca. Sin embargo, asumo que todos estos teléfonos representan un contrato de por lo menos $1000 mensuales en un plan más o menos decente sin contar el costo del equipo.
Habría que ver qué teléfono ofrecerán "gratis" en Telcel una vez finalizado el contrato, aunque esta opción está prácticamente descartada de antemano. En fin, no se pierda mañana la continuación de la saga, en la que se averiguará en el centro de "atención" Telcel más cercano los montos contantes y sonantes de los equipos mencionados, con sus respectivos planes.
Quizá terminemos con un megacel (nevaaaah). Nos pasa por ser prole.
Out.
miércoles, julio 11, 2012
jueves, abril 05, 2012
Entendiendo #DrawSomething (kind of)
Por Talya Aluveaux*
El otro día le pregunté a mis amigos imaginarios en Twitter si alguien podía explicarme qué era toda esta obsesión con DrawSomething.
Si bien sé que es una aplicación disponible en la App Store (gratis, hasta donde yo sé) y el Android Market, y que permite, bueno, dibujar algo, como su nombre lo indica de manera no muy imaginativa, definitivamente no entendía el alboroto.
El punto es que veía cada vez más y más hipervínculos con el hashtag de #drawsomething dentro de mi TL, mis queridos followees, y al hacer click en ellos me encontraba con (ok, sólo hice click en un par) garabatos mal hechos (out of context, my dears!)
Y entonces, el siempre iluminado @carloslaso me dice (wait, lemme find the tweet): Ok, olvídenlo, jamás lo encontraré... pero decía algo como "porque la aplicación nos permite dibujar cosas sin sentido como twitter nos permite escribir cosas son sentido". Y ya.
Ookk. Y como soy la proletaria usuaria de una blackberry maizorera y no tengo acceso a la aplicación, hasta ahí quedé medianamente satisfecha y (casi) no volví a pensar en el asunto hasta hoy, que leía el review de un libro escrito por el antropólogo Michael Taussig.
No he terminado de leer el review. Explicaba que el autor garabateó una escena precisa de la cual fue testigo en una ciudad de Colombia, en la cual anotó "juro que he visto esto", y palabras más, garabatos menos, de ahí se derivó todo un libro.
Estaba muy entusiasmada leyendo el review, pero al leer el siguiente párrafo tuve que detenerme:
Drawing, Taussig explains, is wrongly repressed by our rational culture, encouraged only in childhood but gradually sidelined and ultimately erased by writing as we mature.
Le Ohhhh!, says I, relacionándolo inmediatamente con lo que había dicho @carloslaso bastante acertadamente y lo que había pensado yo nada acertadamente (what a bunch of crap! (basically)).
Bueno, pues déjenme decirles que entré a la página de facebook de la aplicación y... holycrapomgwtfbbq! me encontré con dibujos bastante estéticos y bien hechos y con una fuerza sorprendente, y que me quedo callada... y que de ahora en adelante lo pensaré dos veces antes de asumir, como siempre lo hago, what a friggin load of crap!!!! (mainly). Okay.
Sin embargo, todavía no he probado la aplicación first hand. Falta el veredicto final.
Stay tuned. Out. Etc.
jueves, marzo 22, 2012
Netflix. I say its worth it.
Por Talya Aluveaux*
El viejo Netflix. Así se siente todo por acá, aproximadamente 5 segundos después de haber salido al mercado. Y en el caso de este engendro, digamos que ya tiene sus ayeres. Lo conocía sólo por la referencia usual en Internet, como conozco Tivo y nunca he usado éste u otro servicio de DVR. Y cuando salió en México mi reacción fue la usual (Meh), especialmente leyendo los comentarios en Twitter, que en resumidas cuentas decía que el catálogo nomás no. Mi TL, al menos :P (yo les creo!)
El punto es que @morpheus_mx1, que usualmente tiene una reacción anormalmente entusiasta (y radicalmente opuesta a mi meh de todos los tiempos) ante la introducción de cualquier artilugio y/o servicio tecnológico comenzó inmediatamente su campaña de proselitismo pro Netflix, topándose como suele suceder con un muro de indiferencia neoamish, para eventualmente ignorar por completo mi punto de vista y hacer lo necesario para obtener el mes de prueba gratis vía Xbox Live Gold.
Así, pues, ahí estaba la cosa esa en la tele, al alcance de unos clickety click con el control de la X360, pero yo seguía haciéndome la indiferente. Y bueno, un día, muy seguramente contra mi voluntad, me mostró el "catálogo" (debo decir que el hecho que lo hiciera usando la función de reconocimiento de voz no ayudó. Xbox! Mostrar más! Siguiente! Ooook...) y, este, bueno... you had me at Being Elmo.
Wait. ¿Do they have a documentary selection? Prácticamente le quité el control de las manos (bueno, no se lo quité, pero i wished so) e, hipnotizada, comencé a pedir: Mostrar más. Más. Siguiente. Anterior. Oh, Whew. Oh, que bien! A ver, ¿qué tienen en series? Got me now. Estaba la primer temporada de Nurse Jackie. Ahora bien, yo sé que la pasan en el sistema de cable, pero nunca he sido una de esas personas capaces de organizarse para ver determinado programa a determinada hora, así que había tenido suerte si alguna vez había alcanzado medio capítulo y eso por casualidad. Y otra cosa: Odio los comerciales. Y los de Megacable más. ¿Quién no?
El caso es que... Jackpot! Being Elmo, la primer temporada de Nurse Jackie* y ahora Community. Um, creo que este mes he visto más televisión que en los últimos dos años. Gulp. Pero es que es tan adictivo. Clickety click en el botón verde, next episode. No hassle, no downloads, no codec problems, no nothing. Nice.
Ahora, hasta este momento sólo he escrito sobre mi perspectiva, pero olvidé mencionar "La reina del sur". Mi hermano tiene (what seems to be) décadas hablando de que quiere ver esa ¿serie?, y una vez hasta se la descargué (cof, cof) en su casa para que la viera en el reproductor VLC, ah, pero VJ es el equivalente a Zoolander frente a la iMac. No pudo, no sabe, no contestó. Etcétera. Cuando le platicamos sobre Netflix y la disponibilidad del susodicho programa, el costo, la prueba de un mes, etcétera, casi no podía esperar. Es más, unas horas después comencé a ver los startus updates de facebook (de los que seguramente ni cuenta se dió...ok, i know for a fact that he didnt): Victor Julián Arvizu está viendo La reina del Sur. Episodio X. O algo. Ow.
Para el día siguiente ya lo quería ver vía móvil. Um, no. That didnt work quite well (might have to install the android app). Aparentemente lo que había hecho era hacer click en el anuncio de Netflix vía hotmail y (supongo) dar sus datos (hence la configuración "automática" de los status en facebook. Pero bueno, si él pudo...
No he revisado con demasiado detenimiento el catálogo. Entre las recomendaciones vi United States of Tara (punto para la "IA", pero no tengo ganas de verla ahorita), y he visto que hay películas clásicas en inglés y español, comedia "retro", incluso telenovelas. Más o menos cubre todas las bases. No estoy muy segura (pero investigaré mwahaaha) de cómo, cuándo o sobre qué base se actualizan o cambian los contenidos, pero so far, so good. I say its a keeper.
Out.
*Mind you, ya va en la cuarta temporada. Def no es para personas hiper actualizadas, más bien para despistados no muy afectos a TPB o con pendientes "atrasados". Trick para los desesperados.
El viejo Netflix. Así se siente todo por acá, aproximadamente 5 segundos después de haber salido al mercado. Y en el caso de este engendro, digamos que ya tiene sus ayeres. Lo conocía sólo por la referencia usual en Internet, como conozco Tivo y nunca he usado éste u otro servicio de DVR. Y cuando salió en México mi reacción fue la usual (Meh), especialmente leyendo los comentarios en Twitter, que en resumidas cuentas decía que el catálogo nomás no. Mi TL, al menos :P (yo les creo!)
El punto es que @morpheus_mx1, que usualmente tiene una reacción anormalmente entusiasta (y radicalmente opuesta a mi meh de todos los tiempos) ante la introducción de cualquier artilugio y/o servicio tecnológico comenzó inmediatamente su campaña de proselitismo pro Netflix, topándose como suele suceder con un muro de indiferencia neoamish, para eventualmente ignorar por completo mi punto de vista y hacer lo necesario para obtener el mes de prueba gratis vía Xbox Live Gold.
Así, pues, ahí estaba la cosa esa en la tele, al alcance de unos clickety click con el control de la X360, pero yo seguía haciéndome la indiferente. Y bueno, un día, muy seguramente contra mi voluntad, me mostró el "catálogo" (debo decir que el hecho que lo hiciera usando la función de reconocimiento de voz no ayudó. Xbox! Mostrar más! Siguiente! Ooook...) y, este, bueno... you had me at Being Elmo.
Wait. ¿Do they have a documentary selection? Prácticamente le quité el control de las manos (bueno, no se lo quité, pero i wished so) e, hipnotizada, comencé a pedir: Mostrar más. Más. Siguiente. Anterior. Oh, Whew. Oh, que bien! A ver, ¿qué tienen en series? Got me now. Estaba la primer temporada de Nurse Jackie. Ahora bien, yo sé que la pasan en el sistema de cable, pero nunca he sido una de esas personas capaces de organizarse para ver determinado programa a determinada hora, así que había tenido suerte si alguna vez había alcanzado medio capítulo y eso por casualidad. Y otra cosa: Odio los comerciales. Y los de Megacable más. ¿Quién no?
El caso es que... Jackpot! Being Elmo, la primer temporada de Nurse Jackie* y ahora Community. Um, creo que este mes he visto más televisión que en los últimos dos años. Gulp. Pero es que es tan adictivo. Clickety click en el botón verde, next episode. No hassle, no downloads, no codec problems, no nothing. Nice.
Ahora, hasta este momento sólo he escrito sobre mi perspectiva, pero olvidé mencionar "La reina del sur". Mi hermano tiene (what seems to be) décadas hablando de que quiere ver esa ¿serie?, y una vez hasta se la descargué (cof, cof) en su casa para que la viera en el reproductor VLC, ah, pero VJ es el equivalente a Zoolander frente a la iMac. No pudo, no sabe, no contestó. Etcétera. Cuando le platicamos sobre Netflix y la disponibilidad del susodicho programa, el costo, la prueba de un mes, etcétera, casi no podía esperar. Es más, unas horas después comencé a ver los startus updates de facebook (de los que seguramente ni cuenta se dió...ok, i know for a fact that he didnt): Victor Julián Arvizu está viendo La reina del Sur. Episodio X. O algo. Ow.
Para el día siguiente ya lo quería ver vía móvil. Um, no. That didnt work quite well (might have to install the android app). Aparentemente lo que había hecho era hacer click en el anuncio de Netflix vía hotmail y (supongo) dar sus datos (hence la configuración "automática" de los status en facebook. Pero bueno, si él pudo...
No he revisado con demasiado detenimiento el catálogo. Entre las recomendaciones vi United States of Tara (punto para la "IA", pero no tengo ganas de verla ahorita), y he visto que hay películas clásicas en inglés y español, comedia "retro", incluso telenovelas. Más o menos cubre todas las bases. No estoy muy segura (pero investigaré mwahaaha) de cómo, cuándo o sobre qué base se actualizan o cambian los contenidos, pero so far, so good. I say its a keeper.
Out.
*Mind you, ya va en la cuarta temporada. Def no es para personas hiper actualizadas, más bien para despistados no muy afectos a TPB o con pendientes "atrasados". Trick para los desesperados.
domingo, marzo 18, 2012
Olas de odio. Heat waves. En Twitter. Primera Parte.
Por Talya Aluveaux y Lourdes Encinas*
No sé por qué dije olas. Más bien debí haber dicho tormentas. O tsunamis. Tal vez porque en Twitter se propagan como olas. O no lo sé. Me atrevería a especular que siguen un patrón completamente aleatorio, expandiéndose en todas direcciones vía RT, RT, RT. Si analizara algunos datasets... (no me tienten). El caso es que son espeluznantes. De hecho, todo social media manager debería tener un plan B,C,D para lidiar con ellas, prevenirlas y/o hacer damage control.
Confieso que, en general, a mi lo que se me viene a la mente cuando pienso en las cacerías de Twitter es una turba enajenada, piedra en mano, dispuesta a linchar al susodicho o susodicha en cuestión, haya o no investigado/razonado/leído/averiguado sobre la razón del repudio colosal repentino en redes sociales (RCR, ya le inventé siglas :P). Y es que, whoa, es como echarle gasolina a una hoguera, encender un cerillo en un barril de pólvora, tirar un cigarrillo en un cluster de fábricas de cuetes, qué se yo.
En el principio eran las flame wars, estallidos de odio dentro de un foro o thread generalmente provocados por fanboys peleando sobre cuál era el mejor sistema operativo, videojuego, consola (you name it, those were the days...), pero claro, todo quedaba "en familia" y los foros nunca fueron tan mainstream como lo es hoy twitter (my god, nunca vi ningún noticiero reportando sobre un flame war en Slashdot :P).
Hoy en día, sin embargo, el escenario es completamente distinto. Por un lado, tenemos que las redes sociales se han vuelto completamente mainstream (uno se descuida y hasta la abuelita tiene Twitter), por el otro, tenemos cientos...no, miles, de figuras públicas de todos los ámbitos escribiendo en Twitter aunque sea con ghost tweets, que para el caso es (casi) lo mismo. La vapuleada es la cuenta. En el momento en que el susodicho o susodicha la "riega", FUAAAAAAA RT tras RT diagonal con insulto de por medio. Y entonces todo avanza de manera exponencial. Y entonces Peña Nieto manda cerrar la cuenta de su hija. ah, no... ¿verdad?
Boom. Todo el mundo empieza a linkear el tweet o la liga a la información correspondiente, a tomar screenshots oportunos (antes de que cierren, bloqueen o tumben la cuenta) y/o a replicar el hashtag en todas sus redes. Lo que me lleva al otro lado (eran tres, pues): Las etiquetas, los hashtags o para entendernos mejor, el llamado folksonomy, la organización de los datos con respecto a un tema particular orquestado por "folks" (individuos, personas, aka usuarios de twitter) posibilitan que un determinado hashtag se repita suficientes veces como para llegar a ser trend topic. Uh Oh...
Hasta aquí dejo mi post. No digo OUT como siempre porque habrá una segunda parte escrita por mi monstruo favorito de Twitter (lo digo cariñosamente) Lourdes Encinas Moreno (@lojesa) y algunos "estudios de caso". Mwahaha. Wait for it.
No sé por qué dije olas. Más bien debí haber dicho tormentas. O tsunamis. Tal vez porque en Twitter se propagan como olas. O no lo sé. Me atrevería a especular que siguen un patrón completamente aleatorio, expandiéndose en todas direcciones vía RT, RT, RT. Si analizara algunos datasets... (no me tienten). El caso es que son espeluznantes. De hecho, todo social media manager debería tener un plan B,C,D para lidiar con ellas, prevenirlas y/o hacer damage control.
Confieso que, en general, a mi lo que se me viene a la mente cuando pienso en las cacerías de Twitter es una turba enajenada, piedra en mano, dispuesta a linchar al susodicho o susodicha en cuestión, haya o no investigado/razonado/leído/averiguado sobre la razón del repudio colosal repentino en redes sociales (RCR, ya le inventé siglas :P). Y es que, whoa, es como echarle gasolina a una hoguera, encender un cerillo en un barril de pólvora, tirar un cigarrillo en un cluster de fábricas de cuetes, qué se yo.
En el principio eran las flame wars, estallidos de odio dentro de un foro o thread generalmente provocados por fanboys peleando sobre cuál era el mejor sistema operativo, videojuego, consola (you name it, those were the days...), pero claro, todo quedaba "en familia" y los foros nunca fueron tan mainstream como lo es hoy twitter (my god, nunca vi ningún noticiero reportando sobre un flame war en Slashdot :P).
Hoy en día, sin embargo, el escenario es completamente distinto. Por un lado, tenemos que las redes sociales se han vuelto completamente mainstream (uno se descuida y hasta la abuelita tiene Twitter), por el otro, tenemos cientos...no, miles, de figuras públicas de todos los ámbitos escribiendo en Twitter aunque sea con ghost tweets, que para el caso es (casi) lo mismo. La vapuleada es la cuenta. En el momento en que el susodicho o susodicha la "riega", FUAAAAAAA RT tras RT diagonal con insulto de por medio. Y entonces todo avanza de manera exponencial. Y entonces Peña Nieto manda cerrar la cuenta de su hija. ah, no... ¿verdad?
Boom. Todo el mundo empieza a linkear el tweet o la liga a la información correspondiente, a tomar screenshots oportunos (antes de que cierren, bloqueen o tumben la cuenta) y/o a replicar el hashtag en todas sus redes. Lo que me lleva al otro lado (eran tres, pues): Las etiquetas, los hashtags o para entendernos mejor, el llamado folksonomy, la organización de los datos con respecto a un tema particular orquestado por "folks" (individuos, personas, aka usuarios de twitter) posibilitan que un determinado hashtag se repita suficientes veces como para llegar a ser trend topic. Uh Oh...
Hasta aquí dejo mi post. No digo OUT como siempre porque habrá una segunda parte escrita por mi monstruo favorito de Twitter (lo digo cariñosamente) Lourdes Encinas Moreno (@lojesa) y algunos "estudios de caso". Mwahaha. Wait for it.
sábado, marzo 17, 2012
Y la palabra del día es: Paywalls (Internet una super Xerox machine?)
Por Talya Aluveaux*
Ya sé lo que están pensando. Sábado en la noche escribiendo posts, SO #foreveralone. Pues sí. Sí. Efectivamente. Además decidí que de alguna manera tenía que capitalizar el insomnio de esta madrugada. No, la minuciosa y detalla descripción de mis ires y venires en la red que tuvo que aguantar @morpheus_mx1 esta mañana no fue suficiente. Necesito más víctimas.
Pues bien, les decía: Paywalls. Todo comenzó esta mañana con un tweet en el que hacían referencia a un artículo de Alexis Madrigal en The Atlantic. Y allá va su desvelada y desangelada corresponsal (reportando desde el ciberespacio, Jacobo) a ver de qué iba. No, si esta adicción a la información es una maldición (verso sin esfuerzo)...tengo FOMO. En fin. Que era toda una diatriba criticando al director de Harpers, quien a su vez había dicho que Internet no era más que una gran Xerox machine.
Y de ahí se derivó toda una discusión sobre modelos de negocio online/offline, efectividad de la publicidad en ambos medios, el medio es el mensaje, que sí, que no, la desaparición de los medios impresos, catálogos de ventas impresos versus compras online, los modelos híbridos, que si los paywalls....wait, what? New word for me, I swear. Pero el concepto, claro, no es nada nuevo. Paywall, as in, muy rústicamente traducido, muro de pago, o paga por ver, aka NYT, Reforma, and the like... el caso es que el director de Harpers no está muy de acuerdo con distribuir los contenidos libremente online, e incluso recomienda a los estudiantes de periodismo colocar paywalls en sus blogs....OOOKKK...
Ante semejantes afirmaciones, Madrigal se deshace en críticas señalando que, palabras más, palabras menos, él escribe por algo más que por dinero, lo hace también para contribuir, trascender, generar un cierto impacto social, etcétera, por tanto, sostiene que es importante liberar los contenidos. Dice también que por más que nos empeñemos en hacerlo, las vidas offline/online de las personas ya no son dos mundos distintos, sino confluyentes.
Cito:
People's lives aren't divided into "offline life" and "online life," even if we'd like to pretend that's the case. People on Capitol Hill use the Internet. People on Main Street use the Internet. People on Wall Street use the Internet. The Internet is where the action is: it's where all the elegant, dirty, pretty, lowbrow, brilliant ideas come together to commingle and evolve.
I mean... I think Madrigal has a point. Then again, en los comentarios (sí, porque leo TODOS los comentarios) recibe algunas réplicas interesantes, especialmente con respecto a la supuesta disponibilidad de oportunidades para periodistas/escritores freelance que ofrece Internet (que les digan dónde están, dicen...) y claro, cuestionan las condiciones de pago para periodistas/redactores en medios online versus medios impresos, así como la calidad de los textos en ambos canales de distribución.
Al final todo es confusión. Pero no se me olvida el comentario que, inteligentemente, creo, hizo alguien: Puedo leer una revista y disfrutar de la textura del papel, the glossy pages, etcétera, y luego leer en mi laptop, at the warm glow of it. What a great time to be alive.
What a great time to be alive, indeed.
Out.
Ya sé lo que están pensando. Sábado en la noche escribiendo posts, SO #foreveralone. Pues sí. Sí. Efectivamente. Además decidí que de alguna manera tenía que capitalizar el insomnio de esta madrugada. No, la minuciosa y detalla descripción de mis ires y venires en la red que tuvo que aguantar @morpheus_mx1 esta mañana no fue suficiente. Necesito más víctimas.
Pues bien, les decía: Paywalls. Todo comenzó esta mañana con un tweet en el que hacían referencia a un artículo de Alexis Madrigal en The Atlantic. Y allá va su desvelada y desangelada corresponsal (reportando desde el ciberespacio, Jacobo) a ver de qué iba. No, si esta adicción a la información es una maldición (verso sin esfuerzo)...tengo FOMO. En fin. Que era toda una diatriba criticando al director de Harpers, quien a su vez había dicho que Internet no era más que una gran Xerox machine.
Y de ahí se derivó toda una discusión sobre modelos de negocio online/offline, efectividad de la publicidad en ambos medios, el medio es el mensaje, que sí, que no, la desaparición de los medios impresos, catálogos de ventas impresos versus compras online, los modelos híbridos, que si los paywalls....wait, what? New word for me, I swear. Pero el concepto, claro, no es nada nuevo. Paywall, as in, muy rústicamente traducido, muro de pago, o paga por ver, aka NYT, Reforma, and the like... el caso es que el director de Harpers no está muy de acuerdo con distribuir los contenidos libremente online, e incluso recomienda a los estudiantes de periodismo colocar paywalls en sus blogs....OOOKKK...
Ante semejantes afirmaciones, Madrigal se deshace en críticas señalando que, palabras más, palabras menos, él escribe por algo más que por dinero, lo hace también para contribuir, trascender, generar un cierto impacto social, etcétera, por tanto, sostiene que es importante liberar los contenidos. Dice también que por más que nos empeñemos en hacerlo, las vidas offline/online de las personas ya no son dos mundos distintos, sino confluyentes.
Cito:
People's lives aren't divided into "offline life" and "online life," even if we'd like to pretend that's the case. People on Capitol Hill use the Internet. People on Main Street use the Internet. People on Wall Street use the Internet. The Internet is where the action is: it's where all the elegant, dirty, pretty, lowbrow, brilliant ideas come together to commingle and evolve.
I mean... I think Madrigal has a point. Then again, en los comentarios (sí, porque leo TODOS los comentarios) recibe algunas réplicas interesantes, especialmente con respecto a la supuesta disponibilidad de oportunidades para periodistas/escritores freelance que ofrece Internet (que les digan dónde están, dicen...) y claro, cuestionan las condiciones de pago para periodistas/redactores en medios online versus medios impresos, así como la calidad de los textos en ambos canales de distribución.
Al final todo es confusión. Pero no se me olvida el comentario que, inteligentemente, creo, hizo alguien: Puedo leer una revista y disfrutar de la textura del papel, the glossy pages, etcétera, y luego leer en mi laptop, at the warm glow of it. What a great time to be alive.
What a great time to be alive, indeed.
Out.
jueves, marzo 08, 2012
Sobre el problema de la protección de datos en México (necesito asesorías)
Ya para terminar con mi enfadosísima serie de lo que me tocó ver, aprender, etcétera en el Congreso del COMECSO (bueno, no es cierto, me falta al menos una ponencia, y no @edoac no es la mía) sólo quiero hablar un poco sobre el trabajo de una muy entusiasta Sofía Salgado (ya quisiera yo la décima parte de ese entusiasmo, y eso que amo mi investigación), quien básicamente se dedicó a despotricar sobre el desastre que se tiene en México en materia de protección de datos personales.
La ponencia en sí se llamó "La protección de datos personales ante el desarrollo tecnológico. Los cambios sociales y jurídicos necesarios". Okay. Esta mujer habló de muchas cosas, pero que yo pueda rescatar, está la cuestión de... de... bueno, por ejemplo, del historial crediticio. Dice que debe tenerse lo que llamó "derecho al olvido". Um. Y recibió varias críticas al respecto. Pero igual y tiene un punto, la "marca" que queda por el mal manejo de un crédito puede afectar mucho, y es un verdadero lío hacer constar que a pesar de que el manejo fue malo eventualmente se liquidó o puso al corriente.
¿Qué mas? Habló de todo. Grabaciones en lugares públicos, cámaras de vigilancia por todos lados, el problema de robo o suplantación de identidad, los datos en los que está en posesión el Gobierno y/o el Instituto Mexicano del Seguro Social o los bancos de sangre. Recitó de memoria los artículos en los que se tratan estos temas dentro de la Constitución, explicando que lo tratan de manera fragmentada, por lo que resulta inoperante. No me pidan que recuerde todo eso. Sería pedirle demasiado a mi cabeza. Mejor consúltenlo con su abogado de confianza.
Una cosa es cierta, hace mucho pero mucho estamos enfrentándonos como sociedad a un claro proceso de pérdida de la privacidad, ligado a... tantas cosas. Pero como dijo...alguien (I am pretty sure :p): "There is no such thing as privacy on the Internet. Get over it". Ok, tal vez nadie lo dijo, pero para estar completamente seguros habría que desconectar los cables.
Bueno, la ponente parecía estar muy preocupada por las direcciones IP que "delatan" nuestra máquina y de dónde nos conectamos, y cuestiones como la información "privada" que confiamos a los servicios de Internet (hey, si no te cuesta, el producto eres tú, we get it) y que a menudo es utilizada para fines comerciales y/o de mercadotecnia. Psi. True. ¿Do we care? Mostly no. Why? Quien sabe. ¿No tenemos nada que esconder? ¿Apatía? ¿Nos vale?
Mencionó casos como el de un canadiense que estuvo preso cerca de un año después del ataque a las torres gemelas debido a información errónea que el gobierno de Canadá le dió a la CIA. Ooops. Habló de las licencias de software que nadie lee, en fin, no dejó títere sin cabeza. Dijo todo en lo que estamos "mal" y que, claro, falta mucho por hacer en materia jurídica.
Pues sí. Es como entrarle al monstruo de las 100 cabezas. Ni por donde empezar.
¿Qué opinan?
Out.
La ponencia en sí se llamó "La protección de datos personales ante el desarrollo tecnológico. Los cambios sociales y jurídicos necesarios". Okay. Esta mujer habló de muchas cosas, pero que yo pueda rescatar, está la cuestión de... de... bueno, por ejemplo, del historial crediticio. Dice que debe tenerse lo que llamó "derecho al olvido". Um. Y recibió varias críticas al respecto. Pero igual y tiene un punto, la "marca" que queda por el mal manejo de un crédito puede afectar mucho, y es un verdadero lío hacer constar que a pesar de que el manejo fue malo eventualmente se liquidó o puso al corriente.
¿Qué mas? Habló de todo. Grabaciones en lugares públicos, cámaras de vigilancia por todos lados, el problema de robo o suplantación de identidad, los datos en los que está en posesión el Gobierno y/o el Instituto Mexicano del Seguro Social o los bancos de sangre. Recitó de memoria los artículos en los que se tratan estos temas dentro de la Constitución, explicando que lo tratan de manera fragmentada, por lo que resulta inoperante. No me pidan que recuerde todo eso. Sería pedirle demasiado a mi cabeza. Mejor consúltenlo con su abogado de confianza.
Una cosa es cierta, hace mucho pero mucho estamos enfrentándonos como sociedad a un claro proceso de pérdida de la privacidad, ligado a... tantas cosas. Pero como dijo...alguien (I am pretty sure :p): "There is no such thing as privacy on the Internet. Get over it". Ok, tal vez nadie lo dijo, pero para estar completamente seguros habría que desconectar los cables.
Bueno, la ponente parecía estar muy preocupada por las direcciones IP que "delatan" nuestra máquina y de dónde nos conectamos, y cuestiones como la información "privada" que confiamos a los servicios de Internet (hey, si no te cuesta, el producto eres tú, we get it) y que a menudo es utilizada para fines comerciales y/o de mercadotecnia. Psi. True. ¿Do we care? Mostly no. Why? Quien sabe. ¿No tenemos nada que esconder? ¿Apatía? ¿Nos vale?
Mencionó casos como el de un canadiense que estuvo preso cerca de un año después del ataque a las torres gemelas debido a información errónea que el gobierno de Canadá le dió a la CIA. Ooops. Habló de las licencias de software que nadie lee, en fin, no dejó títere sin cabeza. Dijo todo en lo que estamos "mal" y que, claro, falta mucho por hacer en materia jurídica.
Pues sí. Es como entrarle al monstruo de las 100 cabezas. Ni por donde empezar.
¿Qué opinan?
Out.
miércoles, marzo 07, 2012
¿Una sociología de facebook?
Les decía, mi director de tesis tuvo algunos problemas para decidir quién podría integrar, junto con Enrique de la Garza y Mónica Casalet, la mesa redonda inaugural del Programa del Eje 8 (Cambio Tecnológico y Organización Social) en el Congreso del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales, y el elegido finalmente fue Raúl Trejo Delarbre. Debo confesar que no se me ocurrió nadie a quien recomendar. En serio.
En fin. Delarbre tituló su presentación como "Internet, ciudadanos en línea y cambio social", y en general hizo un análisis meta del tipo de investigación que se realiza hoy en día sobre estos temas, generalmente centrado en los aspectos antropológicos y/o etnológicos, lo cual no es necesariamente malo, pero señaló que hace falta una "sociología de facebook". Ooook.
Lo que Delarbre quiso decir, estoy casi segura, es que hace falta que más científicos sociales presten atención a lo que está pasando en estas lides, así como en un tiempo hubo la necesidad que prestaran atención a lo que pasaba en las maquiladoras, hence la "sociología de las maquiladoras" inserta en un campo de estudio mucho más amplio, el de la sociología del trabajo.
Yo no sé. No tiene caso que repita aquí los números que ya todos sabemos. Cantidad de usuarios de Facebook, cantidad de usuarios de Twitter, porcentaje de mexicanos con acceso a Internet, a una computadora, a redes sociales, a teléfono celular, etcétera. Lo que sí me parece interesante, y porque no quisiera parafrasearlo tanto, es citar algunas de las cosas que dijo Delarbre (quien por cierto clama 20 años de experiencia en esto del internetz) y que, aclaro, anoté a toda prisa durante la mesa:
*nos falta distancia, nos falta historia, para saber si son auténticos cambios, simplemente modificaciones...
*nos provee de toneladas de datos a las que antes teniamos acceso solamente de manera esporádica que las ciencias sociales no han solido reconocer con rapidez, primero fue desdeñada, casi no había sociólogos ni politólogos interesados.
*han sido estudiados con enfoques antropológicos y/o etnográficos
*el análisis de espacios sin asidero geográfico/trasciende territorios y jurisdicciones, hay que tomar en cuenta problemas de territorialidad
*análisis meta de mención de términos recurrentes como brecha digital, comunidades virtuales... hay que ir más allá de estos inventarios
*¿es comunidad realmente de acuerdo con los términos tradicionales? *cuando entran a un chat, "pertenecen" a una comunidad en línea, es más líquido que la participación presencial en grupos, pero permite el desarrollo de identidades
*escuetos, directos, categóricos y sobre todo multidireccionales
*cada vez es más difícil ser anónimo
*fb es una colección de datos formidables para ser analizados/nos desborda, nos resulta vertiginoso, no sabemos como aprehenderlo, valdrá la pena plantearnos tener una sociología de fb (la nueva caja de petri de los sociólgos contemporáneos?) //en latinoamerica hay sociologos muy ensimismado que suele considerar estas investigaciones inutiles//227 millones de usuarios de fb?
*método binario? en las redes sociales hay una diversidad, una heterogeneidad que no podemos explicar con definiciones unicamente polares, necesitamos una sociologia de facebook, que atienda a la narracion de las personas que despliegan vocaciones e identidades en esos espacios
Y bien. Ustedes dirán. Vale la pena analizar muchas de las cosas que dijo, sobre todo tomando en cuenta que se estaba dirigiendo a sociólogos de oficio, que saben poco o nada sobre estos temas, que en algunos casos incluso los atemorizan.
Yo sólo añadiría una cuestión que anoté, ya ni siquiera puedo recordar quien la dijo, pero fue en el Congreso, se los aseguro:
La tecnología no evoluciona, sino que es un apéndice de la evolución social.
Oh my God. Díganme que opinan.
Para mayor referencia, el sitio de RTD: http://rtrejo.wordpress.com/
En fin. Delarbre tituló su presentación como "Internet, ciudadanos en línea y cambio social", y en general hizo un análisis meta del tipo de investigación que se realiza hoy en día sobre estos temas, generalmente centrado en los aspectos antropológicos y/o etnológicos, lo cual no es necesariamente malo, pero señaló que hace falta una "sociología de facebook". Ooook.
Lo que Delarbre quiso decir, estoy casi segura, es que hace falta que más científicos sociales presten atención a lo que está pasando en estas lides, así como en un tiempo hubo la necesidad que prestaran atención a lo que pasaba en las maquiladoras, hence la "sociología de las maquiladoras" inserta en un campo de estudio mucho más amplio, el de la sociología del trabajo.
Yo no sé. No tiene caso que repita aquí los números que ya todos sabemos. Cantidad de usuarios de Facebook, cantidad de usuarios de Twitter, porcentaje de mexicanos con acceso a Internet, a una computadora, a redes sociales, a teléfono celular, etcétera. Lo que sí me parece interesante, y porque no quisiera parafrasearlo tanto, es citar algunas de las cosas que dijo Delarbre (quien por cierto clama 20 años de experiencia en esto del internetz) y que, aclaro, anoté a toda prisa durante la mesa:
*nos falta distancia, nos falta historia, para saber si son auténticos cambios, simplemente modificaciones...
*nos provee de toneladas de datos a las que antes teniamos acceso solamente de manera esporádica que las ciencias sociales no han solido reconocer con rapidez, primero fue desdeñada, casi no había sociólogos ni politólogos interesados.
*han sido estudiados con enfoques antropológicos y/o etnográficos
*el análisis de espacios sin asidero geográfico/trasciende territorios y jurisdicciones, hay que tomar en cuenta problemas de territorialidad
*análisis meta de mención de términos recurrentes como brecha digital, comunidades virtuales... hay que ir más allá de estos inventarios
*¿es comunidad realmente de acuerdo con los términos tradicionales? *cuando entran a un chat, "pertenecen" a una comunidad en línea, es más líquido que la participación presencial en grupos, pero permite el desarrollo de identidades
*escuetos, directos, categóricos y sobre todo multidireccionales
*cada vez es más difícil ser anónimo
*fb es una colección de datos formidables para ser analizados/nos desborda, nos resulta vertiginoso, no sabemos como aprehenderlo, valdrá la pena plantearnos tener una sociología de fb (la nueva caja de petri de los sociólgos contemporáneos?) //en latinoamerica hay sociologos muy ensimismado que suele considerar estas investigaciones inutiles//227 millones de usuarios de fb?
*método binario? en las redes sociales hay una diversidad, una heterogeneidad que no podemos explicar con definiciones unicamente polares, necesitamos una sociologia de facebook, que atienda a la narracion de las personas que despliegan vocaciones e identidades en esos espacios
Y bien. Ustedes dirán. Vale la pena analizar muchas de las cosas que dijo, sobre todo tomando en cuenta que se estaba dirigiendo a sociólogos de oficio, que saben poco o nada sobre estos temas, que en algunos casos incluso los atemorizan.
Yo sólo añadiría una cuestión que anoté, ya ni siquiera puedo recordar quien la dijo, pero fue en el Congreso, se los aseguro:
La tecnología no evoluciona, sino que es un apéndice de la evolución social.
Oh my God. Díganme que opinan.
Para mayor referencia, el sitio de RTD: http://rtrejo.wordpress.com/
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