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miércoles, octubre 06, 2021

La economía de plataformas y su (falta de) regulación

Por Talya Aluveaux


Vamos a dejar de lado por un rato a Facebook, sin abandonarlo del todo, porque hoy quiero hablar sobre lo que se conoce como economía de plataformas (platform economy). 


Estamos ciertamente familiarizados con esta combinación de palabras (economía de la atención, economía del conocimiento, the "sharing" economy, the "gig" economy, etcétera), que básicamente tratan de enfocar un fenómeno determinado en la parte económica de éste. En el caso de la economía de plataformas, la disciplina analiza los diversos aspectos económicos involucrados en la operación de éstas, llámese Amazon, Google, Microsoft, Airbnb, Uber, etcétera.


Abarca desde cuestiones relacionadas con el trabajo (salarios, condiciones, relaciones laborales) hasta las repercusiones sociales (y espaciales, ecológicas, culturales, de todo tipo...) ligadas a la llegada de estas nuevas maneras de operar la logística comercial de ciertas actividades económicas.


Ahora todos estamos familiarizados con Uber (o mejor, con Uber Eats), pero quizá no nos hemos detenido a pensar en este fenómeno en términos de economía de plataformas, o en otras palabras, en los cambios económicos y las repercusiones sociales, y también económicas, que implica su sola existencia. Vemos, por ejemplo, a los repartidores ir de aquí para allá en su motocicleta, o llegar al mostrador de un café con su mochila y sus pedidos. Instalamos la app y pedimos un Uber (¿quién se acuerda de los taxis?) cada vez que no hay conductor designado, y con suerte somos usuarios cinco estrellas y el chofer también, y no se pierde ni nos cancela el viaje.


Algunas de estas repercusiones son obvias e instantáneas, por ejemplo, en el caso de Uber: (1) el rechazo de los taxistas hacia el uso de estas nuevas formas de movilidad, controladas a través de una plataforma electrónica -que en algunos países fue verdaderamente visceral-, (2) el cambio nominal del status de concesionario o taxista a "socio" con el que se adherían al negocio los nuevos choferes, (3) la mejora del servicio, la seguridad y la estandarización de las tarifas, la competencia también propició en algunos casos la creación de startups locales inspiradas en el modelo de negocios, y (4) la creación de empleos. En Hermosillo, por ejemplo, la empresa de telemarketing "Teleperformance" obtuvo la cuenta de GrubHub, que eventualmente fue adquirida por DoorDash, un servicio de entrega de comida que compite por el mercado con UberEats en Estados Unidos y Europa. Así que las quejas y lamentaciones de los choferes neoyorquinos -que entregan hasta en bici-, venían a dar a los oídos de jóvenes bilingües Hermosillenses, pero también de otras ciudades mexicanas.


Ahora pensemos en otras no tan obvias, por ejemplo: 1) los cambios en las relaciones laborales en un buen número de casos se traducen en precariedad en términos de salarios raquíticos, escasas prestaciones y falta de seguro médico, entre otras cosas, 2) la modificación de los esquemas culturales de orden y entrega de comida altera las costumbres de los consumidores, las plataformas concentran los pedidos y los restaurantes se ven obligados a participar, pagando una determinada cuota o porcentaje y en ocasiones no estando satisfechos con la logística, organización y resultados del servicio; 3) la pandemia jugó un papel fundamental en el crecimiento de algunas de estas plataformas, al aumentar exponencialmente la práctica de pedir para llevar, y ser considerada una actividad escencial. Poco a poco comenzamos a ver una transición entre los delivery guys (jovencitos) a los que estábamos acostumbrados a señores mayores y padres de familia -al perderse un gran número de empleos, éste era uno seguro y con amplio crecimiento-, y por último, 4) se ha convertido en todo un tema en algunas ciudades, donde incluso se han modificado las leyes para tratar con el asunto.


En Nueva York, por ejemplo, la batalla por el reinado de las aplicaciones de entrega de comida a domicilio está en todo su apogeo. El investigador antimonopolios Moe Tkacik (@moetkacik) discutió recientemente las nuevas leyes sobre el tema en The New Yorker, así como el futuro de DoorDash, Grubhub y Uber Eats.


Sus palabras son un poco duras: "Es sabiduría convencional ahora que estas compañías son intermediarios chupasangre". Tkacik, quien trabaja en la regulación de delivery apps, se va a la yugular. Como siempre, nosotros un poco atrasados en esto. Sin embargo, es necesario poner atención, especialmente en lo que se refiere a la regulación en materia de salario, prestaciones y relaciones laborales, porque en términos de cifras de personas ocupadas, importa tanto la cantidad como la calidad, aunque la mayoría de los políticos parezca opinar lo contrario.


Antes de irnos:


1. Microsoft lanzó Windows 11 ayer globalmente. Las actualizaciones gratuitas a #Windows11 comenzaron a estar disponibles en computadoras equipadas con Windows 10 y precargadas con Windows 11 y #Windows11Pro. ¿Cómo les va con la actualización?


2. Twitch protagonizó un hack masivo que reveló las utilidades de sus creadores de contenido, el top 100. El listado de pagos de septiembre 2021 muestra, por ejemplo, la cantidad de 752 mil 467 dólares, para xQcOW. Nice. Los usuarios de la plataforma deben apresurarse a cambiar la plataforma y usar autenticación de dos factores.


Amor a esto:


El premio nobel de Química 2021 se otorgó anoche de manera conjunta a Benjamin List y David MacMillan, por su trabajo en  herramientas que han revolucionado la construcción de moléculas.

La bio de Miguel; lo prometido es deuda

Por Talya Aluveaux @talya Miguel de Icaza nació en 1972. Es un programador, mejor conocido por iniciar los proyectos GNOME, Mono y Xamarin. ...