Por Talya Aluveaux
Frances Haugen, ex administadora de producto en Facebook, testificó hoy ante el senado describiendo los resultados de una investigación que muestra que la compañía está en bancarrota moral. Bloomberg eligió entrecomillar estas últimas dos palabras. Yo no estaría tan segura.
Para escribir este post, voy a guiarme solamente por las citas seleccionadas por Bloomberg, porque creo que resumen lo que Haugen trata de decir, y que se ha venido ventilando de una u otra manera hace tiempo (ah, ya habrá oportunidad de hablar de eso también).
Primero, señala: "Facebook puede cambiar, pero claramente no va a hacerlo por sí mismo. Mi temor es que sin intervención, la división y comportamientos extremos que vemos ahora mismo sean sólo el principio".
Hemos visto, y de hecho somos testigos de primera mano de lo que ha pasado con esto. La capacidad de manipulación algorítimica es alta, y en este caso, las publicaciones que generan mayor odio y, por decirlo así, reacciones fuertes, obviamente generan más interacción, muchos más clicks, se comparten más y son más populares que el contenido neutral. Ya se ha analizado antes cómo han propiciado sesgos suficientes para inclinar la balanza de una elección, incluso en algunos países de América Latina.
En otra cita, Haugen menciona que los niños (o adolescentes) están diciendo que son infelices al usar Instagram, pero no pueden parar. Al ser cuestionada sobre si Facebook tiene conocimiento, responde que es lo que muestra la investigación. Hace un par de días comentábamos brevemente aquí sobre los documentos en los que se muestran estos resultados, y la decisión de retrasar Instagram para adolescentes, que dicho sea de paso es una de las redes sociales que más atrae a los jóvenes, quienes hace tiempo abandonaron Facebook.
El problema es que Instagram es un arma de dos filos para la salud mental de los jovencitos (y habría que revisar los resultados de los no tan jovencitos también): "Facebook sabe que está guiando a los jóvenes usuarios a contenido que promueve la anorexia". Estamos familiarizados de alguna manera con la naturaleza adictiva de estas plataformas, cuyo esquema de funcionamiento es básicamente el de la satisfacción inmediata de una máquina tragamonedas, a la que hay que seguir bajándole la palanca compulsivamente, y donde los likes activan el llamado centro de recompensas del cerebro (ah, la dopamina). Entre paréntesis, una manera de combatir este problema es eliminar el scrolling al utilizarlas.
En suma, Haugen describe que: "Hay un patrón de comportamiento que observé en Facebook, y es que si hay incluso un pequeño margen de crecimiento de hits, escoge sus utilidades sobre la seguridad".
La whisteblower advierte que: "No hay nadie actualmente conteniendo a Mark, excepto él mismo".
Concluye que: "Necesitamos apoyar a los padres, porque ahora mismo, si Facebook no protege a los niños, al menos tenemos que ayudar a los padres a proteger a los niños".
"Hasta que los incentivos cambien en Facebook, no podemos esperar que Facebook cambie. Necesitamos acción del Congreso para resolver estos problemas", afirma.
Haugen cierra con una verdad demoledora: "Porque, para ser claros, la firma genera 40 mil millones de dólares al año, tienen los recursos para resolver estos problemas. Están escogiendo no resolverlos".
En mi opinión, este testimonio nos concierne a todos. Facebook está tan imbuido en la vida social de nuestro tiempo -por no hablar de la política, económica, cultural-, que, de nuevo, es momento de detenernos y bajarnos de la cinta sobre la que estamos corriendo, tomar un poco de distancia y observar si nos está llevando en la dirección correcta, o hace tiempo desviamos el rumbo. No es una teoría de la conspiración, son facts.
Antes de irnos:
1. De acuerdo con Facebook, la caída global fue causada por cambios de configuración de sus ruteadores.
2. Syukuro Manabe, Klaus Hasselman y Giorgio Parisi obtuvieron el Premio Nobel de Física 2021.
Amor a esto: https://www.reddit.com/r/memes/
@talya