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jueves, octubre 28, 2021

El nuevo libro de Bill Gates, Norman Borlaug, y el factor de la innovación

Por Talya Aluveaux


A estas alturas creo que todos sabemos sobre el nuevo libro de Bill Gates, titulado "How to avoid a climate disaster, o Cómo evitar un desastre climático" -por cierto, toda esta semana está disponible su descarga gratuita para estudiantes universitarios en gatesnotes.com-. Tenía tiempo queriendo aproximarme al libro, pero no fue sino hasta hoy que me decidí. Leí la introducción que está disponible en el blog de Gates, y decidí descargar el extracto que ofrecían, consistente en apenas cuatro páginas del capítulo cuatro.


Pues resulta que son cuatro páginas bastante persuasivas, ya entrada en materia del libro, pero como esto no es una reseña, más bien quiero conversar sobre mi sorpresa al encontrar entre estas páginas la referencia a Norman Borlaug. ¿Por qué se refiere Gates a este agrónomo ganador del premio Nobel de la Paz (1970) por sus contribuciones a la agricultura y el alivio del hambre mundial? A mediados del siglo pasado, con una población que crecía de manera descontrolada, había quien prevía que la guerra contra el hambre estaba perdida, y para fines de siglo habría personas que morirían de hambre simplemente porque no había alimento suficiente. 


Esto, como sabemos, no sucedió. Borlaug encontró la manera de hacer rendir muchísimo más la superficie sembrada de trigo, y eventualmente de otras cosechas (entre otras cosas, con el uso intensivo de fertilizantes, pero de eso hablaremos en otra ocasión). Uno de sus campos experimentales fue precisamente la zona del Valle del Yaqui, referenciada como la cuna de la revolución verde. En suma, las variedades obtenidas por Borlaug y su equipo subsisten hasta nuestros días, y en su momento fueron pieza clave, tan pieza clave que le mereció un premio nobel.


¿Qué cosa pasó por alto quien predecía la hambruna mundial? Los números no daban, y me gusta la manera en que lo explica Gates, de modo muy simple: Olvidaron factorizar el poder de la innovación. En este caso uno muy concreto que permitió elevar los volúmenes de cosechas de grano por metro cuadrado, al grado de alcanzar rendimientos capaces de cumplir con las necesidades alimentarias de la población.


Pero entonces... ¿esto qué tiene que ver con el cambio climático? Pues verán, el planeta viaja a la velocidad de la luz hacia el 2100, con una proyección para entonces de 10 mil millones de habitantes (hoy somos 7 mil 800 millones). Las tendencias de alimentación indican en muchos casos una línea plana, pero en otras, como China y algunos países en desarrollo, por ejemplo, una tendencia a la alza al consumo de carne. El problema aquí es que se llegará a fin de siglo con un aumento de población de aproximadamente el 40%, pero se necesitará más que un aumento del 40% de la producción alimentaria debido a este elevado consumo de carne. Esto porque para producir una caloría de carne se necesita una producción más elevada de calorías (en granos) que, por ejemplo, un pollo o un cerdo. 


Esto, aunado al potencial desarrollo de biocombustibles y la posible competencia de terreno de siembra para estos menesteres (es un mundo complejo), pone la suficiencia alimentaria otra vez en jaque, y en la lógica de Gates -e imagino muchas personas que se dedican al tema-, será necesario otro (o más bien otros) breakthrough similar al desarrollado por Borlaug y su equipo. Es decir, desafiar los pronósticos con ayuda de la innovación, de la eco innovación en este caso. Urge para ayer.


"Tan buena la carne", pensamos como sonorenses, o bueno, como carnívoros en general. Y punto para los vegetarianos, pero tal vez, como bromea en serio Gates, no tenemos que renunciar -quizá solo disminuir, y nuestros triglicéridos seguramente lo agradecerán- a este alimento, al que parecen estar aficionándose muchísimo en China. Su cifra estimada de consumo en millones de toneladas se acerca a la cifra de 100 millones para el 2028, cuando países como México o Brasil, e incluso Estados Unidos o la Unión Europea, no rebasan la línea de los 50 millones. ¿Qué pasó con el estereotipo del arroz? Sweaty emoji.


Definitivamente, libro recomendado, y en cuanto a la eco innovación, área de trabajo/oportunidad imprescindible para cualquier plan regional y/o nacional encaminado al desarrollo de CTI. Zero emissions, baby.


Tips e información a leia.y2k@gmail.com


@talya


Antes de irnos:


Facebook cambiará su nombre corporativo a "Meta", con Facebook, Instagram y WhatsApp bajo esta denominación. La compañía informó que el cambio es parte de una apuesta por el "Metaverso". Vía NYT.




viernes, octubre 22, 2021

Ley de CTI en Sonora: ¿Repetir los errores o aprender de ellos? (3/3)

Por Talya Aluveaux


Hurgando en los archivos de mi computadora portátil me encontré casi sin querer con un viejo documento en formato PDF sobre el PEDIECYT, que por aquél entonces (2015) rescaté de internet cuando estaba enfrascada en el primer capítulo de mi tesis doctoral, es decir, todas mis ideas estaban revueltas y en proceso de construcción, y aunque se podría argumentar que así siguen, lo cierto es que una revisión rápida de las primeras páginas, además de refrescarme la memoria, me dio algo que pensar.


¿Saben? El documento es un avance de un plan estatal, algo similar a lo que hemos estado discutiendo aquí (okay, que he estado discutiendo sola), y comienza con la captura de pantalla de una nota informativa como prueba del trabajo de avance, seguido de algunas fotografías. 


Lo que noté en esas fotografías fue (aparte de muchos hombres y más hombres) una nula representación de jóvenes (ahora sí que ni hombres y mujeres) -estudiantes, recién egresados-, sólo veo hombres de mediana edad articulando un plan que por ese entonces se vislumbraba de 30 años. ¿No les parece un error no incluir a los jóvenes en un plan de acción en el que les va a tocar (probablemente) colaborar, participar y/o formar parte de durante las próximas tres décadas de su vida profesional? ¿De verdad no tendrán algo valioso que decir? Entiendo, se impone la experiencia, pero... ¿no estaremos perdiéndonos de mucho?


En fin, la segunda cosa que me llamó la atención y en lo que quizá no reparé la primera vez fue, precisamente, el "scope". Aunque no estoy segura de que este esfuerzo haya terminado en algo concreto (más bien estoy casi segura que no), de lo que sí estoy segura es de que la obsesión por querer reinventar el hilo negro cada sexenio ha causado mucho daño al Sistema Regional de Innovación. En este contexto yo soy Mafalda, el SRI el mundo, y tiene muchas curitas. 


Cada grupo político llega con sus nuevas ideas (e intereses económicos) haciendo a un lado lo que se venía realizando anteriormente, cuando estas metas y planes requieren realmente ser transexenales, aunque ajustables y equipados con objetivos medibles de corto y mediano plazo. Pero luego hablaremos más sobre esto, porque si sigo el texto tendría que llamarse el plan que nunca fue.


De todos modos, ambas observaciones están relacionadas con el tema que nos ocupa, que es la nueva ley de CTI. Hablando de jóvenes, esta contempla el emprendimiento universitario, y también la perspectiva de género (aunque sin ser demasiado específica, indica que se debe promover el acceso a la educación STEM cuidando este punto). No sé si en el caso de la ley, además de empresarios, investigadores SNI, rectores universitarios, etcétera, se platicó con grupos de jóvenes. Si no, pues debería. Presiento que sí, pues la ex diputada Gradías es joven, dinámica y los jóvenes parecían ser una de sus principales motivaciones (no la conozco personalmente, ¿eh?).


Otro punto que me llama la atención sobre la ley -y que no recuerdo haber leído en la anterior versión-, está en la sección III, dedicada a los consejos regionales (art. 21, p. 462): La Dirección general contará con cinco Delegaciones Regionales, los cuales actuarán como órganos de apoyo para las regiones Noroeste, Norte, Centro, Sur y Sierra, cuyas sedes respectivamente se ubicarán en los municipios de Caborca, Nogales, Hermosillo, Cajeme y Moctezuma. 


Los delegados regionales durarán tres años y (de nuevo) sus cargos serán honoríficos. Creo que comenzamos a ver un patrón aquí. ¿Creen que habría muchas y muy buenas leyes si el cargo de diputado fuese honorífico? En el artículo 23 viene el "bonche" de encomiendas, desde identificar las necesidades de investigación científica, desarrollo tecnológico, transferencia de tecnología e innovación de los municipios que conforman la región hasta proponer los proyectos específicos para atendert las demandas y necesidades identificadas en la región.


La sección IV aborda el comité técnico, órgano de apoyo de la Dirección General y la Junta Directiva, ¿y adivinen qué? Sí, adivinaron, también son honoríficos. No dudo que muchas personas brillantes y comprometidas estén dispuestas a realizar estas tareas, pero opino que delegar estos asuntos a cargos honoríficos es dejarlo en arenas movedizas, puesto que no existe un contrato, en cualquier momento se puede abandonar, perder el interés, desinflar el entusiasmo, o entrar en juego un factor de desequilibrio. Los contratos son importantes para la eficiencia, continuidad y seguimiento de las tareas asignadas. Seamos honestos, si solo se dedican unas horas a estos asuntos, en un rato libre, en las juntas cada varios meses, no vamos a llegar demasiado lejos.


En fin. Pasamos al capítulo III, dedicado al patrimonio del Consejo. Esta parte es muy importante: "El patrimonio estará constituido por: 1) los recursos que anualmente le asigne el Gobierno del Estado dentro del Presupuesto de Egresos; 2) los recursos económicos, subsidios y aportaciones que reciba de los gobiernos federal o estatal, así como de las fundaciones, instituciones, empresas o particulares nacionales o extranjeras; 3) los derechos y bienes muebles e inmuebles que adquiera por cualquier título jurídico; 4)los ingresos que reciba por los servicios que preste en cumplimiento de su objetivo o que pueda obtener por otros medios legales; 5) las contribuciones, donaciones, herencias y legados que se hicieren a su favor, así como de los fideicomisos en los que se señale como fideicomisario; y 6) los demás que adquiera por cualquier otro título legal.


Um, supongo que la traducción sería los recursos asignados por el gobierno del estado, más los del gobierno federal, que si prestamos atención al último director, durante el 2019 estaban muy menguadas, o en ese sentido eran sus declaraciones. En un post previo podemos comprobar que, por el contrario, el presupuesto estatal aumentó considerablemente, en un rubro que tenía que ver con inversiones y que todavía no me queda muy claro, pero falta analizar los presupuestos de egresos 2020 y 2021 para regresar al tema.


Y aquí entramos en los títulos cuarto y quinto, que hablan sobre el programa estatal y el "sistema estatal de información sobre investigación científica, desarrollo tecnológico, transferencia de tecnología e innovación", que en el país de las maravillas estará a cargo del Consejo, será accesible al público en general, sin perjuicio de los derechos de propiedad intelectual" y comprenderá... un montón de cosas. No es tan difícil hacerlo (bueno, sí que lo es), pero no lo veo por ninguna parte. Es un sistema fantasma. ¿O dónde está, díganme?


No me lo van a creer, pero apenas voy a entrar en el capítulo II (artículo 38 de 64, así que falta poco menos de la mitad) de este cuento de hadas,  y en este se habla de la creación del sistema estatal de investigadores, tecnólogos e innovadores. Miren, hasta aquí la voy a dejar. Esta es obviamente otra cosa que no existe más que en los párrafos de esta ley, y ya no puedo con eso. Me encantaría que alguien viniera a corregirme, y me dijera, no talya, mira, lo que pasa es que estás atrasada de noticias, todo esto sí que se está haciendo, está caminando y los diputados integrantes de la comisión de ciencia y tecnología ya están trabajando al 120% para hacer valer esta ley.


Me voy a quedar esperando aquí sentada, hasta que me salgan telarañas.


Continuará... (eventualmente)


Tips e información a leia.y2k@gmail.com


@talya





jueves, octubre 21, 2021

Ley de CTI del estado de Sonora: ¿Una ley muerta? (2/3)

Por Talya Aluveaux


Bastó con murmurar de pasada que estaba escribiendo un post -y encima uno de tres partes- sobre la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación del estado de Sonora- para escuchar estas cuatro palabras, dichas sin pestañear: "Es una ley muerta".


Sabemos que la anterior era letra muerta, se había quedado atrás, estaba guardada en un cajón durmiendo el sueño de los justos... pero oigan, se supone que el año pasado la sacaron y la desempolvaron y le sacaron brillo. ¿Qué es todo puro circo? En este punto recuerdo en una de mis clases haber lanzado la misma exclamación, exasperada, y al profesor responderme con la mirada, como diciendo, pecabas de ingenua si apenas te vas dando cuenta, pero al menos ya te diste cuenta. A este profesor un día lo despidieron del Colegio y todavía no sé por qué. 


Entonces, su ingenua servidora sigue pensando que todo el esfuerzo, tiempo y dinero público invertido en la reforma de la ley debería servir para tomarla en serio (¿y si no para qué la hacen? Hasta la Universidad de Sonora participó en su elaboración), retomarla y empujar aunque sea paso a paso las cosas hacia adelante, y no solo para detener el cerro y "hacer como que hacemos", como en el cuento de primaria, o peor, para adornar un currículum. 


Miren, yo no soy experta en leyes, lo que sí se es que los ejercicios de simulación a los que nos tienen acostumbrados -o más bien hartos y ya más bien indiferentes- quizá, solo quizá, no son la mejor idea si lo que se quiere es mejorar el desarrollo económico de este estado, o de cualquier región para el caso. Si ya se redactó, se enriqueció con la retroalimentación de todo tipo de actores, se aprobó... ¿Qué estamos esperando? ¿Otros doce años y una nueva reforma? No quisiera darle la razón a ese escritor que dice que los mexicanos hablamos mucho, pero a la hora de la acción, pues no.


Pero bueno, follow the money y vayámonos primero por el dinero. Éste, a mi parecer, es un aspecto débil de la ley, puesto que según la misma Secretaría de Hacienda (p. 445) ésta no tiene impacto presupuestal, dado que las aportaciones no son obligatorias y estarán en función de la situación de la hacienda estatal, al igual que la incorporación anual de estímulos fiscales. Entonces, hasta donde yo entiendo, si hay dinero más allá del presupuesto normal se harán las cosas, y si no, pues no. Y aparte tiene que haber voluntad. Prometer no empobrece.


En algunos casos el lenguaje es muy vago, por ejemplo, cuando se habla de "favorecer el retorno al estado de Sonora del talento local, con las medidas que sean necesarias de apoyo logístico, fomento al emprendimiento tecnológico e incentivos  a la contratación". Uf, buena suerte con eso. Favorecer, potenciar. Se deja todo abierto a la interpretación.


¿Qué les parece ésta?: "Se promoverá, mediante la creación de incentivos fiscales y de otros mecanismos de fomento, que el sector privado realice inversiones crecientes para la investigación científica, el desarrollo tecnológico, la transferencia de tecnología y la innovación". Es algo más concreto, y definitivamente sería muy positivo incrementar el gasto privado en I+D. ¿Cuáles serán estos incentivos fiscales, ya se habrán creado?


La ley contempla un capítulo único del "sistema". Este sistema tiene por objeto promover, organizar y apoyar la investigación científica, el desarrollo tecnológico, la transferencia de tecnología y la innovación, impulsar la formación de recursos humanos especializados y de posgrado, y promover la vinculación de la investigación científica y el desarrollo tecnológico con los procesos productivos de las empresas así como con la educación y el desarrollo social. El sistema, queridos lectores, supongo que se refiere al SRI, existe y funciona desarticuladamente, es un ente abstracto que vincula a todos los agentes, programas, políticas, infraestructura, normas, dependencias, instituciones, etcétera. Siguiente.



Llegamos al título tercero (p. 454), del Coecyt (Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología), que abordamos recientemente en este blog y del que no tenemos grandes noticias aún. El consejo tiene muchas atribuciones, pero no estoy segura de que tenga el presupuesto suficiente para ejecutarlas. Por ejemplo, una de ellas es "formular y proponer la política estatal en materia de investigación científica, social y humanística, desarrollo tecnológico, la transferencia de tecnología e innovación; a partir de la definición de áreas estratégicas, con base en un diagnóstico de necesidades del estado por lo menos cada tres años". No lo sé, Rick. ¿Qué estará pasando en esas oficinas? ¿Ya habrá un diagnóstico?


Todo lo que refiere el artículo 12 (p. 455) es importante y se debe de hacer, pero mezcladas entre tareas de promoción, divulgación y apoyo, hay tareas titánicas, como, por ejemplo, "formular e integrar el programa estatal y coordinar su ejecución y evaluación, de acuerdo con las disposiciones jurídicas aplicables". Es hora de que no he visto un plan estatal completo y llevo estudiando este tema más de diez años, sin contar otros diez en los que no estaba tan enfocada en el asunto. Comienzo a recordar aquéllo de que Confucio inventó la confusión, pero no culpo a los redactores de la ley, sino a que no me he preparado una segunda taza de café.


Otras atribuciones que no ocupan más de un renglón, pero son un trabajal, son "organizar, coordinar y mantener actualizados el sistema y el sistema de información, y coordinar el establecimiento y operación del sistema estatal de investigadores".  Va otra: "Promover y difundir las publicaciones de trabajos científicos y de investigación, así como publicar periódicamente los avances logrados en materia de ciencia, tecnología e innovación en el Estado". ¿Ustedes creen que se cumple?


Me detendré aquí, en la sección II, y sólo comentaré que se espera mucho trabajo por parte de la junta directiva, pero la pertenencia a esta junta es honoraria. Quizá, solo quizá, muchas de estas atribuciones no deberían estar en manos de una junta honoraria sino de una task force, o varias, dedicadas tiempo completo a estas tareas con metas prefrentemente de corto y mediano plazo, que en todo caso podrían ser revisadas, evaluadas y aprobadas por una junta honoraria, pero no elaboradas, mucho menos si solo sesionan cada varios meses. Es mi opinión, yo qué se. 


Nos vemos mañana para la tercera parte, aunque la verdad el asunto va para largo y estaré abusando de la paciencia de quien se deje con este tema seguramente durante varios días, semanas, meses, probablemente años. Es la consigna.


Tips e información: leia.y2k@gmail.com


@talya


Antes de irnos: 


1. ¿Ya se cambió de nombre Facebook?

2.  Más noticias surrealistas, TRUTH, la nueva red social de Trump, espera aprobación en la AppStore. De verdad pensé que ya no iba a escuchar más de este individuo.





miércoles, octubre 20, 2021

Revisitemos la Ley Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación de Sonora (porque hay una)

Por Talya Aluveaux


En entradas anteriores hemos comentado en este blog la importancia del componente institucional para el correcto funcionamiento -o que al menos tenga una oportunidad real- de un Sistema Regional de Innovación (SRI). Dos partes integrales de este componente, marca la teoría, es la existencia de una ley, pero sobre todo de un plan. Y pues... ¿qué creen? A nivel estatal no tenemos un plan (que yo sepa), pero sí una ley. Es más, una ley recién renovada, casi nuevecita.


La promotora de dicha ley fue la diputada Nitzia Gradías, quien fue su impulsora durante la pasada legislatura a través de la Comisión de Ciencia y Tecnología. La idea general, entiendo, era actualizar la ley pre existente, que había servido para maldita cosa y tenía años guardada en un cajón bien, gracias. Dicha ley ordenaba la creación del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecyt) -y también la elaboración de un plan estatal, jeje, ups-, pero carecía de los instrumentos necesarios para asegurar la ejecución y seguimiento de sus mandatos (por ejemplo, de dónde saldría el presupuesto y cuál sería éste). El documento, en general, tenía buenas intenciones, pero su ejecución no prosperó y así pasaron doce años hasta que se consideró necesaria una reforma. 


Vayamos ahora al 2020, año en el que se aprobó la nueva versión de dicha ley. Septiembre, para ser exactos. La nueva ley contempla 68 artículos, entre los que destacan el 12 (formulación e integración del programa estatal, coordinación de su ejecución y evaluación), el 34 (un sistema de información a cargo del Coecyt), y el 39 (que dicta que el Coecyt operará el "fondo estatal").


Gradías dijo en su momento a un diario local que para la creación de esta ley se tomó en cuenta la participación de rectores, académicos, investigadores, líderes empresariales y emprendedores de la región, quienes compartieron sus opiniones en la materia.


"La nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación es la más avanzada del país y contempla figuras jurídicas novedosas como el emprendimiento tecnológico, la industria 4.0, la compra pública de innovación y el impulso a sectores estratégicos", dijo la diputada priísta.


En general, la ley hace un fuerte énfasis en la cooperación entre los distintos agentes que operan en la mega región Sonora-Arizona, así como en la inversión en  tecnologías relacionadas con la 4RI, es decir, relativas a grandes conjuntos de datos (big data), manufactura aditiva, inteligencia artificial, IoT, etcétera, pero se cuida de no establecer una partida presupuestal específica para CTI, aduciendo que no se afectará el presupuesto más allá de lo que ya se tiene contemplado para este rubro.


La ley de 2017 tenía algunas carencias, y la reforma de 2020 atiende algunas, pero no todas. Por ejemplo, la nueva ley sí contempla la perspectiva de género, y toca el tema del acceso abierto, así como la regulación de la vinculación del sector productivo con investigadores de instituciones públicas, pero de nuevo, no establece una partida presupuestal específica para CTI. En el texto de exposición publicado por el Congreso del Estado (p. 439) dice, por ejemplo, que "atiende conceptos de equidad de género, promueve el reconocimiento a los estudiantes con talentos en materias objeto de la Ley, sin crear obligaciones presupuestales concretas".


Ese "sin crear obligaciones presupuestales concretas" me parece que es un punto importante de análisis en esta versión, al igual que los anteriormente mencionados, y otros, como el énfasis en la relevancia del emprendimiento universitario y la educación STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics). Pero es una reforma de ley larga y como dijo Jack el Destripador, iremos por partes. Mal chiste. De modo que ésta, hoy, es una primera entrega de tres, que iré desarrollando lo que resta de la semana.


Tips e información a leia.y2k@gmail.com


@talya


Antes de irnos: 


Muy interesante el artículo de Os Keyes (@farbandish) en Wired acerca del fenómeno del whistleblowing, en el que implica que más allá de la visibilidad individual que generan estas personas al "confesar" la verdad como una forma de acto de contrición (y en ocasiones lanzamiento de nuevas carreras) es importante no olvidar que estos temas están siendo combatidos e impulsados por diversas organizaciones y movimientos desde hace muchos años. Llama a reemplazar el individualismo por una lógica activista más tendiente a la formación de un ecosistema como una manera de combatir el protagonismo que genera, aunado al oscurecimiento del resto de los actores. Quizá, propone, sería mejor que en lugar de exponer la verdad a un diario de circulación nacional, lo hiciesen ante los actores que mantienen en pie estos movimientos, con el fin de contribuir a la causa común de una manera más efectiva.


Amor a esto:


Ya que estamos con el tema, el libro "An Ugly Truth", escrito por Sheera Frenkel y Cecilia King se ve bastante interesante. Are you in?



La bio de Miguel; lo prometido es deuda

Por Talya Aluveaux @talya Miguel de Icaza nació en 1972. Es un programador, mejor conocido por iniciar los proyectos GNOME, Mono y Xamarin. ...